La elección de un negro a la presindencia de Estados Unidos, constituye un acontecimiento sin precedentes, en la historia política universal y quizás por eso desde ese mismo momento los sectores más reaccionarios en la cúpula de poder, iniciaron una encarnizada cruzada contra el jefe de estado.
Los adversarios políticos del mandantario Barack Obama, lo acusan de socialista y por esa razón el proyecto de reforma del sistema de salud, encuentra una ferrea resistencia en los sectores más influyentes de la sociedad estadounidense, mientras otros se han dejado confundir por los mensajes de descredito.
Es una campaña dirigida a contradecir todo lo que el presidente propone,como cuando exigió mayor resposabilidad a los estudiantes, en un discurso criticado por muchos, sin tener en cuenta que los agudos problemas del sistema educacional estadounidense, exigen el concurso de todos los factores involucrados.
Al parecer estas personas quieren que todo siga igual, en medio de una aguda crisis económica que estremece los cimientos del país más poderoso del mundo, crece la resistencia a las expresiones de cambio, incluso los propios correligionarios de Obama en la bancada demócrata, obstruyen sus proyectos.
Sus detractores dicen que es ingenuo e inexperto y lo tildan hasta de comunista, en un empeño por colocarlo contra la pared y evitar que logre sus propósitos de reducir el costo excesivo de los cuidados de salud y los fármacos y dotar a los más de 300 millones de habitantes de la nación de cobertura médica.
La agencia españóla EFE, precisa en un despacho fechado en Washington, que más de 40 millones de norteamericanos son considerados pobres, en el contexto de un brusco incremento durante el año anterior, que repercute de manera más significativa, entre las minorias negras e hispanas.
El informe revela además que el número de personas que carecen de seguro médico en Estados Unidos, supera el orden de los 46 millones, sin contar a quienes perdieron su empleo en los últimos meses y dejaron de recibir ese beneficio, por cual se desprende que la cifra puede llegar a los 50 millones
Aún así, en medio de esta abrumadora realidad hay quienes se esfuerzas por presentar al actual inquilino de la Casa Blanca, como un iluso que pretende nacionalizar el Sistema de Salud y privar al público de libertad para escoger su propio médico de cabecera o especialista y dependencia hospitalaria preferida.
Pero Barack Obama no está dispuesto a defraudar a los electores que lo llevaron a la silla presidencia y en la defensa de su reforma de salud, ante el Congreso dijo, “es la hora de la acción” y sentenció, “no perderé tiempo con los que han hecho el cálculo que es mejor políticamente matar este plan que mejorarlo”.más claro, ni el agua.