Los primeros habitantes de Estados Unidos hoy solo son una insignificante parte de la población total.
Los indígenas del territorio que hoy ocupa Estados Unidos, probablemente desciende de emigrantes asiáticos procedentes de la zona de Siberia, llegados a través del estrecho de Bering en el período cuaternario hace unos 30 mil años y se asentaron en Alaska y más tarde hacia el interior del continente americano.
Su contacto con los europeos data del siglo XVII y se desarrolló en un aparente ambiente de cordialidad, hasta los sucesos que originaron la guerra franco-británica, que involucró a George Washington, en el asesinato en 1754 de Joseph Coulon de Villiers, Señor de Jumonville, enviado del gobernador francés en misión pacífica .
El conflicto bélico entre Francia e Inglaterra en sus posesiones en Norteamérica, sería el antecedente de la independencia de las 13 colonias, el surgimiento de un poderoso imperio y la expansión de sus fronteras territoriales, con miras a convertirse en la nación más poderosa del mundo y alcanzar dominio absoluto.
Al concluir las acciones de guerra, el cacique Pontiac de la tribu de los Ottawas, organizó a más de mi guerreros y venció en julio de 1763 a las tropas británicas en La Batalla del Curso Sangriento, que permitió el reconocimiento por parte del imperio del derecho de los nativos a la tierra, en proclama firmada por Jorge II.
La guerra por la independencia de Estados Unidos entre 1775 y 1783, marcó el comienzo de un largo proceso de expropiación de las tierras, que siempre pertenecieron a los originarios habitantes de ese basto territorio y que abarcó la destrucción de aldeas completas y el exterminio masivo de la población india.
Aunque se firmaron proclamas, decretos y leyes por parte del gobierno Federal y el Congreso de la nación para evitar esos abusos y atropellos, jamás se respetaron, hasta que en 1830 el presidente Andrew Jackson creó la zona de concentración india, que aceleró la marcha hacia el oeste de los pueblos indígenas.
Las confrontaciones armadas entre los nortamericanos y nativos resultaron numerosas en ese etapa, con marcada incidencia en Texas, Nuevo México, Florida, el suroeste de California y Oregón, así como Washington, Utah, Nebraska, Kansas, Colorado y Nevada y se extendieron hasta el inicio de la Guerra Civil Americana en 1861.
La marcha de los cara pálidas al oeste continuó después de 1865, lo cual originó un vertiginoso descenso de la cantidad demográfica de pieles rojas, como eran llamados por los blancos, lo cual los obligó a replegarse más allá del Río Mississippi, hasta la declaración de la soberanía tribal de los pueblos indios norteamericanos a finales del siglo XX.
Lo cierto es que la proclamación de independencia de los Estados Unidos, lejos de beneficiar a los pueblos originarios de este nación, sirvió para acentuar la política de superioridad euroamericana sobre los indios, a quienes consideraban salvajes, a la vez que limitó su derecho a la igualdad, la libertad y la autodeterminación.
Hoy día los indios sólo representan el ocho por ciento de la población estadounidense, y muchos ciudadanos de esta gran nación los catalogan como enemigos, en correspondencia con enraizados estereotipos raciales, que prevalecen desde hace más de 200 años con efecto devastador sobre las futuras generaciones.
Fuente: Wikipedia/Fotos: Internet