El santiaguero Bárbaro Garbey, una estrella del béisbol de aficionados en Cuba, fue el primer pelotero de la isla caribeña, formado tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro en 1959, en integrar un equipo de Grandes Ligas en Estados Unidos. aunque su salida por el Puerto de Mariel en 1980, no alcanzó repercusión alguna.
Al arribar a la Florida el muchacho firmó con los Tigres de Detroit y cuatro años después debutó en las mayores bateando en su temporada inicial para 287, producto de 97 hit, 17 de ellos biangulares, cinco jonrones y 52 carreras impulsadas, desempeñandose en primera base y en los jardines.
Así Bárbaro Garbey retirado como jugador activo en la franquicia de los Rangers de Texas y ahora entrenador de bateo de los Cachorros de Daytona, logró el sueño de muchos atletas del deporte de las bolas y los strikes en las mayor de las Antillas.
Allá pocos conocieron de su salida y actuación en la pelota profesional estadounidense y no fue hasta mediados de julio de 1991, cuando el picher del emblemático seleccionado capitalino de Industriales René Arocha, natural de Regla, saltó nuevamente el imaginario muro, durante una confrontación en el extranjero.
Su participación en el mejor béisbol del mundo resultó breve, pero su huída la chispa que motivó la explosión de otros, como Arnaldo “El Duque” Hernández, José Ariel Contreras, Liván Hernández, Kendry Morales, Alexei Ramírez, Yunieky Betancourt, Dayán Viciedo y Aroldis Chapman, como figuras de un lista que supera los 150.
Sin lugar a dudas ellos son el fruto de la creación en Cuba de una infraestructura que facilita la práctica masiva del deporte y a lo largo de más de media centuria impresionantes resultados en la arena internacional, como ningún otro país del mundo subdesarrollado; pero por qué impedirles sumarse al profesionalismo?
Una cosa no está reñida con la otra y lo que si resulta censurable es negarle al individuo su derecho a elegir el futuro, por cuya razón sólo queda como único camino la fuga, incluso a riesgo de perder hasta la vidas en el intento y luego el sufrimiento que se experimnenta al sentirse alejado de sus seres más queridos.
Yoennis Céspedes, se convirtió en el gran ausente del equipo Cuba, ganador del Segundo Torneo de Retadores, celebrado en Canada en julio último y luego de la incertidumbre creada por su desaparición, se confirmó, que el líder jonronero de la 50 Serie Nacional de Beísbol, se encontraba en República Dominicana, a donde llegó vía marítima.
La noticia alcanzó amplia repercusión, por cuanto Céspedes, con average por encima de 300 en ocho temporadas en la pelota cubana, 211 cuadrangulares y casi 700 carreras impulsadas y seleccionado al Todos Estrellas, durante el Segundo Clásico Mundial de Béisbol, deviene ahora el prospecto de mejor perspectiva llegado de la isla.
El otrora patrullero central de Granma, de sólo 25 años de edad, disparó 33 vuelacercas en la temporada beisbolera cubana número 50, para implantar récord para ese tipo de evento en aquel momento, igualado unos días después por el inicialista cienfueguero José Dariel Abreu, también integrante de la élite de nuestro pasatiempo nacional. Alfredo Despaigne, Rey cubano del jonrón
Cuando el siete de febrero de 1961 el gobiermo Revolucionario desintegró la Liga Cubana de Béisbol Profesional, cantera de importantes organizaciones de las Grandes Ligas norteamericanas y un año después abolió el deporte rentado, nadie pensó entonces las dificultades que acarrearían ambos decisiones a nuestro peloteros.
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