De acuerdo con la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), dos species de la carpa asiática -la cabezona y la plateada- fueron importadas desde Asia por los piscicultores de bagre en la década de 1970 para limpiar sus estanques de cría de materia en suspensión y Algas. Pero en el transcurso de las grandes inundaciones a partir de la década de los 90, muchos de estos estanques se desbordaron y las carpas han escapado por las vías fluviales de la cuenca del río Mississippi, fundamentalmente y a los afluentes Missouri e Illinois.
La carpa asiática es un pez de agresiva reproducción, que come plancton mediante filtración en un equivalente a un 40% de su peso de forma diaria. Siendo el plancton, el principal nutriente de todas las demás especies que habitan las aguas del norte de Estados Unidos. Una hembra adulta, de este tipo de carpas, de 4 años de edad, llega a poner hasta 4.000.000 de huevos por temporada. La vorágine de estos peces llega a tal punto, que una vez agotados los nutrientes naturales a su alrededor, cambian de dieta y consumen los detritus, que son residuos, generalmente sólidos, que provienen de la descomposición de fuentes orgánicas, materia muerta (vegetales y animales). Así mismo, son sumamente resistentes a las aguas con poco oxigeno por lo que las hace mas difíciles de erradicar.
Su sobreconsumo de plancton y demás nutrientes han convertido a estas carpas en una verdadera amenaza a la biodiversidad de los lagos del norte y de las aguas dulces de Canadá, comprometiendo en un futuro próximo la industria de la pesca de especies tradicionales que genera un negocio de unos 5.000 millones de dólares anuales.
Por ser especies que comen solo plantón, no muerden carnadas, por lo que las hace más difíciles de pescar. Igual, donde se reproducen, no se puede practicar ningún deporte acuático o navegar por la zona, porque al escuchar al ruido de los motores saltan hasta una altura de tres metros con velocidades de 60km por hora, lo cual las transforman en un peligro, debido a que como son peces que pueden llegar a pesar hasta 20 kilos, cualquier impacto con ellas a esa velocidad puede producir serias lesiones.
Una vez más, la historia se repita: una especie foránea es introducida en un ecosistema del que después todo el mundo quiere sacarla. Hoy, las carpas asiáticas gracias a la mano del hombre, se han transformado en el mayor peligro de la flora y la fauna de esa región.