Y dos récords muy difíciles de romper
Ihosvany Gallego, del cual pocos se acuerdan, es considerado el más sobresaliente de los lanzadores cubanos de todos los tiempo en el promedio de carreras limpias por juego, con dos récords en ese departamento.
El habanero, nacido en 1935, capaz de tirar hasta cinco lanzamientos distintos, posee la marca actualmente vigente y que parece inalcanzable de 0,37 (tres limpias en 72,1 entradas, 1972), jugando con el equipo Industriales.
Cinco años atrás Ihosvany había conseguido un 0,80 también fuera de serie para convertirse en el único tirador de la mayor de las Antillas en alcanzar en dos ocasiones esa proeza en los campeonatos nacionales de béisbol.
Pero, ni esas campañas ni ninguna otra, Ihosvany Gallego pudo integrar el equipo Cuba, y aunque resultó preseleccionado dos veces, siempre se quedó fuera atendiendo a que él no era dueño de una gran velocidad como tirador.
Una gloria del béisbol cubano de 10 temporadas y 31 victorias y 25 derrotas, al que ahora rememoramos cuando con 80 años, trabajaba como entrenador en el Círculo Social José Antonio Echeverría, ubicado en el capitalino barrio de El Vedado.
Todas las mañanas, sin excepción de ninguna, Ihosvani Gallego abrí su bolso, cambia el uniforme de béisbol si está sucio, echa alguna que otra cosa necesaria y se marchaba al terreno en un ómnibus público a enseñar a los niños.
La otrora estelar figura habla de su vida sin resentimiento, arropado en el anonimato, no le importa que el pasado lo tenga en cuenta solo en números, que lo lleve y lo traiga para depositarlo en el mismo sitio: la grama del “Echevarría”.
Fuentes: Granma, On Cuba