El nivel hegónico de las telenovelas brasilena a escala mundial está respaldo por un alto rango de calidad.
La telenovela surgió en Brasil en la década de 1950 y acabó por convertirse en la producción televisiva más popular del país y hacia los años 80 invadió otros territorios del continente americano hasta alcanzar hoy día fama en el ámbito internacional, incluso en países asiáticos y europeos.
Se caracteriza por la exploración de escenarios de fácil aceptación por el público, como las historias de amor y los conflictos familiares y sociales, con TV Globo, como la mayor industria nacional, mientras TV Tupi, devino la primera en llevar el género América Latina hasta su extinción en 1980.
La duración de una telenovela está basada en su aceptación y alto nivel de audiencia y comienza con cuatro o cinco meses de antelación, a partir de la idea concebida por uno o varios escritores y cada capítulo tiene por lo general 55 minutos en el aire.
La primera producción de este tipo que se exhibe fuera de Brasil fue O Bem-Amado en 1973 y A Escrava Isaura en 1976, ambas de Rede Globo, con éxito rotundo, vendidas a más de ochenta países y hasta hace poco fue la telenovela más exportada, título que ahora pertenece a Terra Nostra (86).
El nivel hegónico de las telenovelas brasilena, a escala mundial está respaldo por un elevado rango de calidad y entre las máximos exponentes figuran Benedito Ruy Barbosa (Pantanal) Walcyr Carrasco (Xica da Silva) Walter Negrao, Janet Clair, Gloria Perez, Gilberto Braga, (Vale todo) y Aguinaldo Silva, (Señora del destino), entre otros.
A los nombres de los veteranos Beatriz Segall, Lima Duarte, Susana Vieira, Gloria Pires, Jose Wilker,Tony Ramos, Maite Proenza, Regina Duarte y Antonio Fagundes, se suman los de Marcello Antony, Ana Paula Arósio,Thiago Lacerdy y Debora Falabella, como figuras de una nueva generacion que mantiene el prestigio de este fenómeno audiovisual.
Influencia y popularidad.
El fallecido actor José Wilker indicó a principios de 2013 que el éxito de ‘Roque Santeiro’ fue tal que un día recibió una llamada en su hotel de parte del primer ministro de Portugal preguntando cómo terminaba el culebrón, cuenta el corresponsal Gerardo Lissardy, de BBC Mundo en Rio de Janeiro.
Creada por João Emanuel Carneiro, “Avenida Brasil” alcanzó 38 millones de seguidores con gran impacto en las redes sociales, y en los episodios previos al final registró un récord de 49 puntos de audiencia, y el último, que podía superar esa marca, captó más de 500 anunciantes.
Según la prensa brasileña, entre los adeptos a la serie estuvo la propia expresidente de Brasil Dilma Rousseff, que postergó un acto en Sao Paulo en apoyo al candidato de su partido a la Alcaldía local, para evitar que compitiera con el final de “Avenida Brasil”.
Los horarios de los partidos futbolísticos de la Copa América, el más importante evento deportivo de la región, disputado en Argentina en julio de 2011, fueron dispuestos especialmente para eludir la pugna con la telenovela, “Insensato corazón” la más popular en aquella etapa en Brasil.
Las telenovelas, más conocidas por superficiales y adictivas que por propiciar cambios sociales, proporcionan “entretenimiento educativo”, una mezcla de servicio público y melodrama en una suerte de elemento cautivador de millones de hombres, mujeres y hasta los niños, aunque de esto poco se escriba.
Al decir de la investigadora Rosane Prado las telenovelas atraen a la gente porque les permiten proyectarse en ellas de acuerdo a los diferentes grupos sociales que integran, y puede afirmarse que constituyen un espejo para que las personas se miren y después intercambiar criterios al respecto.
Fuente: Wikipedia