Los peligros de la cirugía plástica en busca de la perfección corporal.
El culto al cuerpo humano alcanzó su momento cumbre en los años 80s del siglo XX y el furor llega a nuestros días, con marcada incidencia en el sector femenino, porque si antes las cirugía estética era patrimonio de las estrellas de cine y los ricos, ahora se presenta como una perspectiva absequible al ciudadano común.
La conveniencia de trasformar a los actores en patrones de belleza, nació con el cine y el sistema de estrellas de Hollywood impuso la utilización de la cirugía estetica, como arma eficaz para modelar sus cuerpos y rostros y triunfar a escala mundial como seres perfectos, imposible de igualar en aquella época.
Como nadie a podido encontrar la legendaria fuente de la juventud, símbolo de la imortalidad y las personas no se conforman con sus atributos naturales o con lo que se pierde al paso de los años, el agrandamiento de gluteos o senos y las intervenciones quirúrgicas para quitar grasa y arrugas, son la solución salvadora, sin importanr riegos y consecuencias.
En busca de la perfección los seres humanos dejan a veces de pensar en los peligros de las cirugías plásticas, que pueden acarrear rechazos de implantes, sensibilidad en la zona operada o alrededor de la misma, decoloración de la piel, necrosis de tejidos, asimetría, infección o mala cicatrización y reacciones alérgicas a la sedación.
Ahora casi todas las partes del cuerpo pueden ser modificadas, por cuya razón hombres y mujeres llegan a obsesionarse con la regeneración, pero en lugar de alcanzar beneficios surgen consecuencias graves y así músculos y cartílagos, pierden su vitalidad, elasticidad, textura y el color de la piel puede cambiar.
La lista de celebridades irreconocibles por tratar de realzar sus apariencia es grande y resultan significativos los casos de famosos como Meg Ryan, Tara Reid, Mickey Rourke, Courtney Love, Amanda Lepore, Lara Flynn Boyle y Donatella Versace, así como Priscilla Presley, Jocelyn Wildenstein y Michael Jackson.
Los medios de comunicación reportan a diario eventos sumamente dramáticos de personas que en busca de la belleza del cuerpo encuentran la muerte como la presentora de radio latina Betty Pino que murió tras la complicación de una cirugía estética a la que se sometió para quitarse siliconas de sus glúteos.
Considerada una de las locutoras más queridas del ambiente artístico miamense, que trajo a la Ciudad de Sol a figuras del mundo de la música de la talla Julio Iglesias y Dyango entre otros, falleció el siete de agosto de 2013 luego de varias semanas ingresada en el Jackson Memorial Hospital, donde tuvieron que apuntar sus manos y pies por gangrena.
En el mundo de hoy suman muchos los empeñados en mostrarse diferentes y en una suerte de metamorfosis corporal llegan incluso a dejar en el camino su identidad, mientras otros pierden hasta la vida en los avatares de la ingeniería del cuerpo, en detrimento de la belleza espiritual, que irremediablemente sede terreno.