Abarca unos seis mil reclamos estadounidenses por confiscaciones a partir de 1959.
El gobierno cubano está dispuesto a dialogar con Estados Unidos sobre propiedades nacionalizadas a partir de la llegada al poder de Fidel Castro, tras el triunfo de la revolución el primero de enero de 1959, uno de los más escabrosos temas de conflicto que abarca unos seis mil reclamos.
Una ley aprobada por las autoridades de la isla liga las negociaciones sobre expropiaciones de entidades norteamericanas, a los daños causados por el embargo y agresiones financiadas por sus vecinos del norte, según informó en La Habana, Josefina Vidal, representante del MINREX.
Señaló que los daños estimados superan los 300 mil millones de dólares hasta el 2000, una cantidad muy por encima al valor de las propiedades reclamadas por estadounidenses o de lo que el gobierno del presidente Barack Obama estaría jamás dispuesto en pagar a la mayor de las Antillas.
Vidal, dijo que un acuerdo de aviación civil, bajo el cual aerolíneas de ambas naciones podrían obtener derechos de aterrizaje, es un área en la que se podría alcanzar un acuerdo pronto, partiendo de que el venidero septiembre comenzará la ronda de intercambio de una comisión bilateral.
En el asunto más sensible de las reformas políticas, la funcionaria recalcó que Cuba no cederá en nada para aplacar a los opositores de línea dura de Obama en el Congreso de Estados Unidos o a los exiliados anticastristas de Miami, que lo que quieren es “revancha” y no un mejoramiento de las relaciones.