La longitud orbital y la velocidad de la Tierra no responden a fuerzas ocultas.
La expresión “año bisiesto” es ese excedente de algo más de 6 horas que que obliga a ajustar cada cuatro años un día extra, y para mayor comodidad y fijación, se añade ahora el último día (28) del cuarto febrero trascurrido.
En el imperio romano, el día supranumerario se colocaba entre el 23 y el 24 de febrero y se decía que el añadido era “el segundo sexto día” antes del inicio del mes de marzo, y por mera superstición nunca se nombraba o numeraba.
Es un sinsentido afirmar que los años bisiestos conllevan mala suerte o desgracias y este 2024, nadie afirmará que la longitud orbital y la velocidad de la Tierra responden a fuerzas ocultas o condicionamientos sobrenaturales.
Y es conocido que el tiempo es una magnitud física que permite medir simultaneidad, duración y separación entre uno y otro acontecimiento, y dicha magnitud remite a un sistema de referencia astronómico.
