Los huracanes se forman en los trópicos cerca del Ecuador y se originan en diferentes lugare y meses del año, por lo general en la en el verano y afecta a la casi totalidad de las áreas oceánicas, excepto el Atlántico Sur y el Pacífico Sur, aunque el llamado huracán sin nombre se generó en las costas de Brasil en Marzo de 2004.
El término “tropical” se refiere tanto al origen geográfico de estos sistemas, que se forman casi exclusivamente en esas regiones del planeta, como a su formación en masas de aire de origen marino y el término “ciclón” se refiere a la naturaleza, caracterizado por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión y que produce fuertes vientos y abundantes precipitaciones.
Los ciclones tropicales pueden producir vientos sostenidos y rachas más fuertes, olas extremadamente grandes, tornados, lluvias torrenciales y marejadas, asi como inundaciones y corrimientos de tierra y se distinguen de otros organismos, como las bajas polares, por el mecanismo de calor que los alimenta, conviertiendolos en sistemas tormentosos de “núcleo cálido”.
ESCALA SAFFIR SIMPSON.
La escala Saffir-Simpson ideada en 1969 por dos especialistas norteamericanos en la rama de la meteorología, permite clasificar los ciclones tropicales según la intensidad del viento y resulta de gran utilidad en la adopción de medidas que contribuyan a reducir el alto costo en vidas humanas y recursos económicos que cobran los ciclones tropicales.
Apreciando la utilidad de la escala sismológica de Richter para describir terremotos, el ingeniero civil, Herbert Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Bob Simpson, desarrollaron el mencionado instrumento de medición de cinco niveles que describía los posibles daños en edificios y los efectos del oleaje e inundacione desde la costa.
Sin embargo las mediciones de la escala Saffir-Simpson no contempla ni la cantidad de lluvias, ni la ubicación en la cual se encuentra el fenómeno atmosférico, por cuya razón un huracán de categoría 3 que afecte a una gran ciudad puede causar muchos más daños que uno mayor ya sea de nivel cuatro o cinco pero que azote a una zona despoblada.
Las dos categorías iniciales conocidas como depresión tropical (un sistema organizado de nubes y tormenta eléctrica con una circulación cerrada y definida) y tormenta Tropical (un sistema organizado de fuertes tormentas eléctricas con una circulación bien definida que muestra la distintiva forma ciclónica) no están contenidas dentro de la Saffir Simpson, pero clasifican a un ciclón en formación y se utilizan como categorías adicionales.
OTROS INSTRUMENTOS DE PREVENCIÓN.
Las imágenes logradas a partir de la teledetección espacial de los satélites y radares terrestres ubicados en sitios estratégicos del mundo permiten informar anticipadamente sobre la formación de fenómenos naturales, su ubicación y posible trayectoria en el caso de los ciclones, pero no sucede igual a la hora de alertar sobre un terremoto.
La tecnología de satélites especiales geoestacionarios o de orbita polar con aplicaciones para la meteorología, propician la observación del comportamiento físico de los huracanes: su tamaño, nubosidad, densidad, entre otros factores, es decir, las propiedades que se consideran visibles por filtro del sistema y el desplazamiento del mismo.
Los aviones cazahuracanes permiten determinar datos exactos y muy precisos sobre la anatomía, conducta y características y solo de esta forma se podrían obtener la velocidad de vientos y la presión atmosférica, mientras las Boyas garantizan conocer la ubicación de los sistemas, tamaño y mareas y los barcos información sobre posición y desplazamiento.
Las estaciones metereológicas de superficie y de altura, estas dotadas de modernos equipos y personal altamente calificado para garantizas la observación de diferentes maneras para realizar pronósticos de desplazamiento y comportamiento de los ciclones tropicales y de esa formar prevenir a los gobiernos y el estado de las áreas en riesgo así como la ciudadanía en general.