La décima nació en España del ingenio de Vicente Espinel a fines del siglo XVI y sin dejar de ser estrofa culta y barroca pasó a América. Nuestro José Martí escribió un centenar de décimas. Es la titulado “A bordo” la décima de mayor valor poético del Héroe Nacional de Cuba.
Velas abajo, mozo arriba/ acá el roto, allá el peñasco/ ido el sol, recio el chubasco/ y el barco, no barco, criba/ gigante el viento derriba/ los hombres de las escalas/desatadas van las balas/ rodando por la cubierta/ y yo, en medio de la obra muerta/ vivo, de mi hijo en las alas.
Quieres mis versos tener/ qué versos te he de decir/ quien queda de verte ir/ sin liras ya que tañer/ versos? Pues con ser mujer/ y nacer de quien naciste/ flor de estrella verso fuiste/ delicado, casto airoso/ más que el cantar querelloso/ de un hombre pálido y triste.
Al decir de los entendidos esa faceta poco conocida de la obra del Apostol de la Independencia de Cuba, no es la mejor muestras de su importantísimo quehacer literario, pero ofrece valor al género en nuestro país.
El poeta y estudioso de la estrofa Waldo González, estima que no se puede hablar de la evolución de la décima en Cuba sin la honda presencia de José Martí. Virgilio López Lemus, destacado investigador, plantea que el maestro es un incomparable “fecundador” en los ámbitos de la poesía oral improvisada de los repentistas criollos.