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Los guajiros padecía de la más despiadada miseria antes del triunfo de la Revolución.

Una vida de penurias y calamidades

El 85 por ciento de los pequeños agricultores cubanos antes de 1959, pagaban renta y vivía bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas, cuando la mitad de las mejores tierras cultivadas estaba en manos extranjeras.

Mientras, existían 200 mil familias campesinas que no tenían ni un pedazo de tierra para sembrar y, en cambio permanecían sin cultivar, en manos de grandes latifundistas, 300 000 caballerías, recuerda la enciclopedia cubana EcuRed.

El 76 por ciento de las viviendas eran bohíos construidos de tabla de palma y techo de guano y estaban en mal estado o casi en la ruina, no tenían letrinas y la insalubridad mantenía a los hijos de las familias guajiras desnutridos y llenos de parásitos

La más despiadada miseria caracterizaba la vida de los hombres y mujeres de nuestros campos en aquella oscura etapa y el 50 por ciento de los niños en edad escolar en zonas rurales, aproximadamente 800 mil, no asistía a la escuela.

Había 17 000 aulas, cuando debían ser 35 000 y estos infantes sin escuelas vivían en pleno campo, en tanto cada año aumentaba el ejército de adultos analfabetos que en total representaban el 57 por ciento de la población isleña.

Cerca de 10 mil maestros de la isla carecían de empleo y cuando tras el triunfo de la Revolución, comienza la Campaña de Alfabetización, más de un millón de personas no sabía ni leer ni escribir, en un país de poca mas de cuatro millones de habitantes

La economía cubana giraba en torno a la agricultura, pero los gobernantes de turno estaban de espaldas al drama campesino y del trabajador del sector y era innegable que la pupila oficial era indiferente ante la tragedia que vivían .

La historia de la gente de la campiña cambió con la promulgación de la Primera y Segunda Ley de Reforma Agraria, que permitió la entrega de tierras a quienes la trabajaban y  así se convirtieron en un dinámico sector de la economía nacional.

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