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El origen de una frase popular cubana a partir de una versión poco conocida.

Carmelina junto a su prima Amalia Batista

La primera versión de la frase popular Vivir como Carmelina se atribuye a la vida opulenta y holgada de la nieta mimada de José Arechabala Aldama, acreedor de una de las fortunas más grandes de Cuba, allá por el año 1878.

Dicen que Carmelina Arechabala, organizaba grandiosas y fastuosas fiesta y disfrutaba a sus anchas con un mundo de riquezas a sus pies, gracias al prospero negocio de su abuelo, dedicado a la producción de aguardiente y ron.

La autenticidad de esta historia choca con un artículo de la revista Bohemia, de 1992, donde se asegura que la frase no guarda relación alguna con la cardenense y que esa voz pudo escucharse antes en infinidad de películas extranjeras.

En el balneario de Varadero un sobrino nieto de Javier Marques Arechabala, asegura que el origen de la locución nada tiene que ver con su pariente, mientras una amiga de la susodicha dice que era amable, generosa.

Incorporar a las conjeturas el nombre de Carmelina Valdés Perdono (1903-1985)  quien vivió en la calle Jesús peregrino 126 entre Santiago y Márquez Gonzales,  en la barriada de Pueblo Nuevo, Centro Habana, no es obra de la casualidad.

Carmelina con su único hijo

Ella fue la esposa del pionero del Son Carlos Godínez Facenda (1893-1954), y a una cuadra de allí vivía el amigo de ambos Bienvenido Julián Gutiérrez, compositor del tema “Carmelina no lo mortifiques más”. 

Gutiérrez, autor de “Convergencia”, una canción imperecedera, de solo dos estrofas, se inspiró, en la persona servicial, sencilla y muy tratable que era Carmelina y el estribillo que pudo dar origen a la frase es más que elocuente.

Carmelina, Carmelina, Carmelina tú eres una salá  /Carmelina, Carmelina, Carmelina vive regalá. Carmelina, Carmelina, Carmelina tú eres hija de Yemayá / Carmelina, Carmelina, Carmelina vive regalá.

La protagonista de esta historia de la  Cuba de ayer, para nada rodeada de lujos, vivía una puerta al lado de un solar, eso sí, nunca usaba chancletas, siempre bien vestida, en tacones, maquillada y lista para cualquier salida.

Cuenta su bisnieto Carlos Godínez, que la alegre muchacha, prima de la popular Amalia Batista, vivió una vida simple, pero de fiestas en fiestas, junto a su marido, uno de los fundadores del famoso y popular Septeto Habanero,.

El sencillo inspirado en la vida de Carmelina Valdés Perdomo

La excelsa trovadora María Teresa Vera, sentía gran aprecio por el matrimonio capitalino, que solo tuvo un hijo, (el cantante Pedro Godínez Valdés (1926-2019), y un nieto el percusionista Carlos Godínez Goicochea (1946-2022).

Carmelina, de carácter jovial y sociable, no acostumbraba a cocinar, ya que sus vecinos de la Logia Masónica y de un taller de mecánica cercano a su hogar, le regalaba cada día almuerzo y comida y hasta el desayuno para todos.

Carmelina Valdés Perdomo, murió en La Habana a la edad de 82 años y según cuenta su hijo la noche anterior comió arroz amarillo y quimbombó, y quien sabe, si después, se tomó unas líneas de anisado, que era su bebida preferida.

A todas luces las vivencias de esta mujer encajan de maravilla en el origen y significado de la conocida locución, incluso se desarrollan en una etapa similar a la primera hipótesis, comprendida en las décadas del 40 y 50 del siglo XX.

Fuente: Carlos Godínez (Archivo personal)

Vea además:

Vivir como Carmelina: Mito o realidad

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