Los medios de comunicación de Cuba y el sur de la Florida, parece agotaron el tema sobre el megaconcierto de Juanes en La Habana, tras su insustancial intercambio de opiniones sobre un aislado incidente escenificado poco antes del inicio del esperado evento y que por su escasa significación no debió tomarse en cuenta.
El caso en cuestión se refiere al audio de un video trasmitido por una emisora local,en un espacio nada serio, más tarde diferido por las televisoras latinas miamenses y finalmente amplificado en el períodico El Nuevo Herald, que motivó la rápida reacción de las autoridades cubanas en el diario Granma.
La justa protesta de Juanes y Miguel Bosé, ante supuestas irregularidades, en relación con los métodos utililizados por la parte cubana, recogidos en un teléfono movil, devino punto de partida del mal intencionado barraje informativo desplegado en Miami, con el fin de desacreditar al gobierno de la isla.
Era el último intento por tratar de opocar el brillo de un suceso cultura, que reunió a más de un millón de personas por la paz y demostró al mundo el poder de convocatoria de los organizadores y la alegría y disciplina del pueblo cubano, durante las más de cinco horas de duración del macroespectáculo musical.
El ícono del rock latino, que cuenta con cinco premios Grammy en su fructífera trayectoria, protagonizó en Cuba el tercer acto artístico de mayor asistencia de público a nivel mundial, sólo superado por Rod Stewart en Brasil en 1994 y por la banda The Rolling Stone, en 2006, en muestra elocuente de la trascendencia de la cantata..
Juanes logró lo que nadie en media centuria y más que buscar minúsculas manchas, es preciso agradecerle de corazón el hecho de enfrentar el reto de irse a Cuba y romper barreras, hasta ese momento infraqueables,en el contexto de una iniciativa, que marca un hito histórico y no es obra de la casualidad.
En La Habana, reinó el orden y la tranquilidad y no se esgrimieron consignas alusivas a la revolución y el socialismo, quizás gracias al control estatal que para bien o para mal se ejerce en el país y sólo un personaje de la farándula floridano, de visita en la isla, se fue con la de trapo y trató de levantar un cartel pidiendo libertad.
Juanes, Miguel Bosé Olga Tanón, Silvio Rodríguez, Amaury, Formell y otros participantes en el festival habanero, como Cucú Diamantes, a quién injustamente rompieron un contrato en Nueva Jersey por cantar en Cuba, apostaron con sensatez por el futuro y esa es una semilla que comienza a germinar.