Una frase de singular significación y arraigo popular.
Cuba fue una de las primeras colonias a donde llegaron los esclavos africanos, para utilizarlos como fuerza de trabajo de remplazo por la temprana extinción de la población indígena a manos de los colonizadores españoles.
Desde finales del siglo XVI hasta principios del XVII, se considera la etapa de introducción de negros procedentes de África en Cuba, desde que en 1517, el rey Carlos I de España, firma el permiso que autoriza el cruel proceso.
Al naciente país vinieron Mandingas, Yolofes, Fulaces; Gangaes, Longobáes, Maní, Quisí, Minas, Lucumíes y Suamos, así como Bibí, Brícamos, Motembos, Musundis, Mombasas, Sacuaes, Congos y Carabalíes, entre otras etnias africanas.
La contribución de esas naciones y tribus en la formación de nuestro pueblo y de su cultura es decisiva, a partir de la mezcla de esos hombres y mujeres con el tronco creado por ibéricos, castellanos, andaluces, gallegos, catalanes y vascos.
Estos a su vez se juntaron con taínos y ciboneyes, originales habitantes de la mayor isla de las Antillas y después con yucatecos, chinos y otros muchos emigrantes, y así surgió la unidad popular para forjar una nueva nación.
En Cuba se dice al que trata de ocultar sus descendencia “aquí el que no tiene de congo, tiene de carabalí”, en una expresión bien justificada si tenemos en cuenta las raíces africanas de la actual nacionalidad cubana.
Los congos eran fuertes, muy corpulentos, benbones y de pura pasa, mientras los carabalíes que llegaron de más al sur casi pegados a donde hoy es Sudáfrica, tenia finas facciones, de cuerpos esbeltos y de andar elegante y altanero.
Ambos pueblos alcanzaron predominio casi absoluto en el país y la frase en cuestión, de profundo arraigo popular, quiere decir que todos en Cuba o casi todos tienen algo de negro en sus familias, o bien de Congo o de Carabalí.
Fuente:EcuRed/Vídeo:Youtube