El humor cubano presente en los más remotos confines de la tierra, tiene antecedentes de universalidad a partir de las actuaciones en el extranjero de Leopoldo Fernández, el Trespatines del programa radial y televisivo “La Tremenda Corte” considerado uno de los más alto exponentes del género en latinoamerica y el caribe.
Hoy en día la isla cuenta con afamados comediantes y si muchos mantienen su centro de operaciones en el sitio donde nacieron, otros ni cortos ni perezosos y al influjo de un buen ganado prestigio, han llevado su arte a las más importantes plazas de habla hispanas y a otros lugares de residencia de grandes concentraciones latinas.
En Cuba con incursiones en escenarios foraneos, quedan personajes de la talla de Carlos Ruiz de la Tejera, Osvaldo Doimeadios, Angel Carcía (Antolín El Pichón) Carlos Gonzalvos (Mentepollo) Nelson Gudín y el no menos popular Robertico, mientras asentados en el extranjero destacan Virulo, Alexis Valdés y Pablo Gary (El Pible).
Otras figuras de la humorística cubana, quizá menos conocidas, pero de reconocida calidad desarrollan su vocación también en el extranjero y ese es el caso del fundador y director del grupo Humoris Causa, Joel Sánchez, quien desde hace 13 años vive en Colombia, donde creó “Comedia Industrial” una máquina para hacer reír.
Nacido en la central provincia de Villa Clara, a unos 300 kilómetros de La Habana, dramaturgo y actor, comparte su quehacer artístico con las funciones de asesor en materia de guiones humorísticos y puestas en escena en el país sudamericano y es autor del libro “El Proceso Creativo en la Comedia.
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