La incorporación de más de 100 mil estudiantes procedente de institutos pre-universitarios en el campo a régimen externo, al comenzar el presente curso escolar en Cuba, marca el ocaso del principio estudio-trabajo, esgrimido como bandera para la formación del hombre nuevo, durante media centuria.
Aunque las autoridades gubernamentales no ofrecieron valoración al respecto, la drástica medida de desmantelamiento progresivo de ese tipo de escuela, derivado de la aguda crisis económica que sufre el país, termina con casi cuatro décadas de un proceso considerado como avanzado en el sector educacional.
El cambio experimentado en la enseñanza pre-universitaria cubana, puede catalogarse como una derrota política del sistema socialista, que invirtió cuatiosos recursos financieron en avituallamientos, víveres, combustible, y base material de estudio y de vida en las escuelas en el campo, durante unos 40 años.
Sólo en La Habana, la capital de la isla, más de nueve mil alumnos ingresará en décimo grado, en el actual periódo léctivo, luego de la reapertura de los emblemáticos Institutos Preuniversitarios, José Martí, Saúl Delgado, Manolito Aguiar y Raúl Cepero Bonilla, entre otros planteles, radicados en áreas urbanas.