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Una frase que acuñaron los cubanos de antaño

COMO UN VOLADOR DE A PESO

Los cohetes voladores iluminan la noche cubana en días de fiesta.

Los fuegos artificiales, hacen su aparición en Europa, en la Italia de fines del quattrocento, como una actividad tipicamente artesanal, que difícilmente podrá ser mecanizada sin perder algunas de sus virtudes más sobresalientes.

Florencia parece haber sido el centro de este suceso, que conoció un gran auge durante el siglo XVI, con espectáculos de fuegos artificiales ofrecidos frecuentemente en fiestas cívicas o religiosas y, sobre todo, el día de San Pedro y San Pablo.

La pirotecnia tal y como hoy la entendemos nace con el descubrimiento de la pólvora negra y éste se produce, según documentación en China, en el siglo IX de nuestra era, bajo la dinastía Thang, por uno o varios alquimistas desconocidos.

El cohete volador, es sin duda la pieza más antigua de fuego aéreo, atestiguada en China ya en el siglo XII de nuestra era, y las dimensiones del cartucho (sin la cana o timón) pueden variar extraordinariamente, desde unos 6 por 40 mm hasta 25 por 200.

como un volador de a peso 1

A un monje chino llamado Li Tian, se le acredita la invención de los fuegos artificiales.

Se dice que cuando George Washington fue juramentado como el primer presidente de Estados Unidos en la lejana fecha de abril de 1789, todas las campanas repicaron de júbilo y alegría, y la ciudad estaba iluminada con fuegos artificiales en la noche.

En Cuba, como en otros países latinos la pirotecnia llegó también muy temprano y aunque no existen apuntes bien fundamentados al respecto, en las fiesta navideñas, celebraciones religiosa y patrióticas de antaño los fuegos artificiales constituían motivos de singular interés.

En Jaruco, una ciudad ubicada en las afueras de La Habana, Porfirio Hernández, alias “el piloto”, que cobró fama por sus enconados debates callejeros sobre béisbol, disparaba uno de aquellos estruendosos dispositivos cuando el club Almendares gana el juego.

La picaresca criolla se encargó de introducir al habla de hombres, mujeres y niños una locución relacionada con el más sonoro y rápido de los artefactos empleados y que en la década del 40 del siglo XX tenía un costo de un peso en todo el territorio nacional.

La velocidad con que este explosivo se eleva al cielo y su precio de venta al público en aquella época, coincidieron y entonces, nació la frase “como un volador de a peso”, que identifica los rápidos movimientos de alguna o varias personas al andar.

Fuente:Wikipedia/Foto:Internet

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