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Era considerado padre de la escena cubana.

Francisco Morín, fue una pieza clave en la creación del grupo de teatro de la Universidad de Oriente.

El prestigioso dramaturgo cubano, fundador en La Habana del grupo de teatro Prometeo, y maestro de la escena Francisco Morín, murió este jueves a los 99 años en la ciudad norteamericana de  Nueva York.

Nació en La Habana el 10 de junio de 1918 y fue considerado por varias generaciones de artistas como el padre de la escena cubana, según reseña un despacho noticioso del diario El Nuevo Herald, que se edita en Miami

Con la agrupación que creo en la capital de la mayor de las Antillas, el afamado director estrenó “obras de vanguardia europea al mismo tiempo que en sus países de origen”, destaca la publicación en su emisión sabatina.

A la urbe neoyorquina arribó en 1973, tras estancias en Madrid y Londrés y había salido tres años antes de la isla caribeña, mientras en la Ciudad del Sol colaboró con el Grupo Avante y Teatro Prometeo, y en los festivales del género.

Creó el Centro Cubano de Teatro, impartió clases y bajo su dirección llegaron a escena obras como Laboremus (B. Bjornson, 1949), Las criadas (Jean Genet, 1954), Calígula (Albert Camus, 1955) y de Jean Paul Sartre (La ramera respetuosa, 1960).

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