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El comediante Angel García es un continuador del teatro vernáculo cubano y sus personajes de Antolín El Pichón y La Pia, viven en el corazón del pueblo.

Las ocurrencia de Ángel García no están escritas y si de algo usted puede estar seguro es que llegó al mundo para hacer reír de forma natural. Su quehacer como soldador y tractorista son ahora gratos recuerdos de su natal Manacas, un pueblecito rural de la central provincia cubana de Villla Clara, a más de 300 kilómetros de La Habana.

A mediados de la década del 80 comenzó a desarrollar su oficio de humorista en un centro nocturno villaclareño, hasta que un buen día hizo las maletas y salió rumbo a la capital. Cuenta que durante 10 años trabajó como aficionado por 138 pesos mensuales, incluso en la radio y la televisión. Una tarde en el portal de Radio Progreso habló con Alberto Luberta, sobre su intención de caracterizar al típico guajiro cubano y entonces el afamado director y guionista creó el personaje de “Antolín El Pichón”, justo a la medida de Ángel García.

Al espacio Sabadazo, del canal Cubavisión llegó en los primeros años de los noventa del pasado siglo y tras la desintegración del dúo “Los Pios”, irrumpió en la escena “El Guajiro de Manacas” o mejor dicho, “Antolín El Pichón”. “La figura”, como suele autoproclamarse, arranca carjadas de sólo mirarlo. Su atuendo, el gran tabaco y ese acento campesino, lo convierten en uno de los comediantes más populares y queridos por el público de la isla.

Ángel García es hoy una pieza imprescindible del humor cubano. Quizá sin llegar al nivel de “Trespatines”, “Bernabé”o “Chafán”, Ángel García sabe, como ellos, ganarse el aplauso y la admiración de los espectadores en cada una de sus actuaciones.

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