Allí nació la letra del primer chachacha .
En la céntrica esquina de Prado y Neptuno, ubicada en La Habana, la capital cubana radicó, en el siglo XIX, un famoso bodegón, propiedad de los hermanos Álvarez de la Campa, padre y tío de uno de los estudiantes de Medicina fusilados en 1871.
Con el pasó el tiempo el establecimiento, convertido en un café, se llamó “Las Columnas”, pero la cosa no quedó ahí y más tarde el lugar devino restaurante primero con el nombre de Miami y después, Caracas, hasta convertirse en Prado y Neptuno.
Allí nació La engañadora, el primer chachachá, compuesto por el maestro Enrique Jorrín, quien años más tarde entrevistado por una periodista dijo que un sábado caminaba por la calle Infanta y vio a una mujer muy provocativa y de formas exageradas.
Era algo descomunal al extremo que paro el tráfico y hasta un hombre se arrodilló ante ella y simuló rezar una plegaria, como si se tratara de una virgen, y cuenta el prestigioso músico que al pasar junto aquel, lo miró de forma despectiva.
Tanto se molestó el individuo que al dirigirse a los presente en el concurrido sitio expresó: “Tanto cuento y cuando vienes a ver es de goma” y todos rieron con su ocurrencia, mientras esa misma noche Jorrin y la orquesta América amenizaron un baile en los salones ubicados en la citada intersección.
Siempre le llamó la atención una muchacha asidua al salón que invariablemente vestía de lino blanco, sin embargo había algo extraño, puesto que las partes visibles de su cuerpo no compaginaban con las que tapaba la ropa.
Entonces el creador del mundialmente reconocido ritmo relacionó a esa muchacha con la que vio en la calle Infanta y recordó la frase que dejó oír el sujeto para escribir la letra de la melodía, que otorgó mayor popularidad a la esquina de Prado y Neptuno.