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Un plagio que perduró durante 89 años.

Amalia Batista (derecha), junto a su prima Carmelina

Al referirse a la zarzuela cubana Amalia Batista, del maestro Rodrígo Prats, EcuRed, expone que se basa en la leyenda de una mulata famosa por su belleza y desconoce sin proponérselo la existencia del Son del mismo nombre.

Plantea la enciclopedia cubana que se estrenó como sainete en el emblemático Teatro Martí de La Habana el 21 de agosto de 1936, y confiere al conocido compositor y director de orquesta, la autoría de la otrora popular pieza musical.

Cuatro años después fue interpretada por Rita Montaner, en el teatro nacional, en 1952 Prats la refundó en un solo acto y en 1979, presentó otra versión con la que le otorgó la categoría de zarzuela definitivamente.

Amalia Batista Perdomo, no fue un personaje sacado de una leyenda urbana, era una joven de carne y hueso, en la cual encontró fuente de inspiración el pionero del son Carlos Godínez Facenda (1893-1954), fundador del Sexto Habanero.

El también guitarrista, tresero y compositor, escribió la letra y música del son Amalia Batista, a quien conocía, ya que era prima de su esposa Carmelina Valdés Perdomo y en febrero de 1918 la Victor Talking Machine, graba la canción.

En la foto Carlos Godínez Facenda

En un improvisado estudio en la segunda planta del legendario Hotel Inglaterra, en la capital de la isla, María Teresa Vera, pone voz al tema con el acompañamiento del Sexteto Habanero Godínez y Manuel Corona en la guitarra.

En esa fecha la disquera incluye otros cinco títulos, registrados en la Sociedad General de Autores de España (SGAE), entre ellos Rosa ( que linda eres), que el artista dedicó a su madre, plagiado en Colombia, donde alcanzó amplia difusión.

Cuando se escuchó por vez primera el son Amalia Batista, el maestro Rodrígo Prats (1909 – 1980), solo tenía nueve años de edad, y La Mayombe de Luyano, como la llamaban sus allegados, ya presumía de amarrar a los hombres.

La ley de autores establece que las composiciones musicales con letras o sin ellas independiente de su género, son consideradas Obras Musicales y están protegidas por derechos de autor, algo que en este caso no ocurrió.

Aunque la familia de Godínez Facenda, estableció las reclamaciones a través de los canales pertinentes, sus solicitudes cayeron en saco roto durante 89 largos años, y no fue hasta febrero de 2025 que se corrigió la acción de plagio.

Muchos en la mayor de las Antillas y el extranjero interpretaron el contagioso son adjudicado a Rodrígo Prats, tal es el caso de Rolando Laserie en 1958, con la Orquesta de Ernesto Duarte y la Típica 73, primera banda de salsa de Nueva York.

Carlos Godínez Facenda, quien murió a la edad de 61 años, nació en la capitalina barriada de Casa Blanca y entre 1920 y 1935, dejó a la posteridad 130 temas musicales, según consta en los archivos de la Sociedad General de Autores de España.

 

La otra Carmelina

 


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