1-
Mi infancia, de short y río,
fue un torrente de aventuras,
de juegos y travesuras
con ansias de “durofrío”.
Yo nací en el lomerío,
miraba en la tarde el vuelo
de la paloma en el cielo,
y aún recuerdo aquel juguete
encima del taburete
donde cantaba mi abuelo.
2-
Mi infancia fue como un brote
de pureza y de cariño
que llevaba a todo niño
a impulsar el papalote.
El caballo con su trote,
los pies cubiertos de espinas,
el correr tras las gallinas
y otras aves por las granjas,
y el olor de las naranjas,
guayabas y mandarinas.
3-
Tuve en mi infancia el tesoro
de conocer a Martí
cuya esencia descubrí
leyendo La Edad de Oro.
De aquellos tiempos añoro
su más natural fragancia
porque aprendí la importancia
de los detalles pequeños
y la magia de los sueños
que se tejen en la infancia.