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Sobresalió por su profunda raí­z dramática y vis cómica.

Una de las actrices cubanas que sobresalió por su profunda raí­z dramática y vis cómica en el teatro, la radio, el cine y la televisión de la isla, murió en la tarde de este martes en La Habana a la edad de 95 años.

Natalia Herrera, nació el 28 de mayo de 1923 en la barriada de Luyanó y brilló además como triunfal vedett y cantante, llenando por años el ámbito cultural de la mayor de la Antillas y representó a Cuba en giras por el extranjero.

Desde los siete años se escapaba de la casa para ir a bailar rumba al Parque Trillo, de donde en muchas ocasiones regresaba a su casa de la mano de un policía, amigo de la familia y se dice que dejó la escuela en en el sexto grado.

Su primera actuación fue a los ocho años en una función de teatro, y ya a los nueve cantaba y bailaba en la compañía Pedro Salvá para en 1937 resultar seleccionada Estrella Naciente de La Corte Suprema del Arte.

Debutó de manera profesional en un programa radial titulado Rincón Criollo, en el cual se criticaba al gobierno de entonces y comparte reparto con Carlos Badías, Vicente Morín, Sol Pinelli y Miguel Alfonso Pozo (Clavelito) .

Luego su quehacer artístico la llevó a interpretar a “La Mulata”, personaje que la hizo famosa en el programa La Tremenda Corte de CMQ, con Leoplodo Fernández, Anibal de Mar y Mimí Cal, y también en Voces de Cuba y Nosotros los Cubanos.

Trabaja en los espacios de radio Móvil 8, Sector 40 y Alegrías de sobremesa como Carmita Carmona y ya en 1982, continúa sus apariciones en ese medio de comunicación con la transmisión de El cañaveral, de Paco Alfonso.

En la televisión de la isla participa en el serial Día y Noche, Sabadazo, Contacto, La Noche se mueve y Detrás de la fachada, entre otros, mientras en el cine interviene en Tulipa, Reina y Rey, Guantanamera, Maité y Zafiros Locura Azul.

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