Una gran pasión que perduró en el tiempo y marcó para siempre la vida de una mujer irrepetible.
La primera amante que tuvo el fallecido mandatario Fidel Castro cuando llegó al poder en Cuba solo se arrepiente de no haberse quedado en la isla después de renunciar a convertirse, de la mano de la CIA, en la asesina del comandante.
Ella estuvo en un campo de concentración nazi, fue agente de la CIA y del FBI, novia de un ex dictador venezolano, testigo de una presunta conspiración para asesinar a John F. Kennedy y del caso Watergate que hundió a Richard Nixon.
Marita Lorenz, nació en Alemania y conoció a Fidel Castro, a bordo del barco de propiedad de su padre, que había atracado en La Habana, la capital, en 1959 y al que el flamante líder cubano se había acercado por simple curiosidad.
Se enamoró a primera vista con solo diecinueve años de edad y en aquel “intenso” idilio salió embarazada, pero en medio de una extraña situación creyó que había abortado y entonces marchó confusa a los Estados Unidos.
Al morir su madre, la mujer encontró entre sus documentos una foto del hijo que creía muerto, y en 1981 regresó a La Habana para conocerlo, pero esa fue la única vez que pudo verlo tanto a él como al líder de la Revolución cubana.
El portal digital Ifobae América publicó una entrevista donde Marita asegura que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) la convenció de viajar a la mayor de las Antillas con dos píldoras para asesinar a Castro a finales de 1960.
Antes de salir, Lorenz ya se había dado cuenta de que sería incapaz de matarlo y una vez en la suite, donde ella había pasado más de ocho meses, trató de desechar la mezcla en el bidé, y terminó justo antes de que Fidel entrara.
Al llegar al lugar, Castro no tardó en preguntar si había venido a matarlo, y ella confesó de inmediato y él saco su pistola, se la entregó y le dijo que podía disparar’ si quería, pero la muchacha se negó de manera decidida y rotunda.
Estuvo vinculada a agencias de inteligencia durante años, espiando a los soviéticos, hasta que Frank Sturgis, involucrado en el intento de asesinato a Castro y uno de los cinco ladrones del escándalo Watergate, destapó su identidad en 1975.
La normalización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba durante el gobierno Obama la alegró “muchísimo” y sueña con volver al país y reencontrarse con su hijo una vez que “levanten el embargo”, aunque eso tome tiempo.
Está convencida de que el ex presidente cubano leyó su libro de memorias de 288 páginas “Yo fui la espía que amó al comandante” (Ediciones Península), que salió a la venta en España y se distribuido en países latinos.
FuenteWikipedia/Fotos:Internet