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Cómo Estados Unidos trasladó de forma secreta unos 15.000 niños desde la Isla.

Los billetes de avión, era cubiertos por Washington

Cerca de 15.000 niños y adolescentes viajaron de Cuba a Estados Unidos no acompañados, a inicios de la década de 1960, para escapar de una amenaza inventada por los detractores del naciente proceso revolucionario.

La Operación Peter Pan, involucró al Gobierno estadounidense, la Iglesia católica, compañías aéreas, representaciones diplomáticas de varios países latinoamericanos y europeos, así como una red interna de desafectos.

Estos menores, en edades comprendidas entre los cuatro y los 16 años, fueron entregados por sus padres a grupos de la Iglesia católica que para entonces operaban en la isla, con la misión de trasladarlos a territorio estadounidense.

El triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, supuso un cambio radical en el orden social hasta entonces vigente, de lucha contra una cultura que se había erigido como excluyente para amplios sectores del pueblo.

Obispo Bryan Walsh (centro)

La Ley de Reforma Integral de la Enseñanza de 1959 consagró su universalidad, su laicidad, su gratuidad y su carácter democrático y de facto desplazó a la iglesia católica del control sobre la educación privada en el país.

Así, se produjo un malestar que fue rápidamente capitalizado con fines políticos, a inicios de 1960, por grupos como, la Juventud Demócrata Cristiana, y estudiantes de la Universidad Católica de Villanueva, entre otros.

Casi en paralelo, se desató una feroz campaña de desinformación sobre los alcances de la iniciativa gubernamental, a través de Radio Swan, pagada por la CIA y La Voz de América que arrebataría la patria potestad a los padres.

El mensaje tergiversaba el propósito de las autoridades en el poder y planteaba falsamente que criarían a los niños sin contemplar el parecer de sus familias y adoctrinándolos en los ideales del comunismo, según RT.

También se dijo que, como había sucedido durante la Guerra Civil Española (1936-1939), los menores serían enviados a la Unión Soviética para que recibieran educación en ese país y nunca mas pisarían suelo cubano

Para dar credibilidad a estas versiones, se distribuyeron copias falseadas de la ley de educacional, con artículos en los que supuestamente se consagraba la pérdida de derechos parentales en favor del gobierno.

Niños en La Habana del Este (Foto de la época)

El blanco de esta acción psicológica fueron las familias de clase alta y media, cuyos hijos estudiaban, de forma tradicional en escuelas privadas católicas, una condición que habrían de aprovechar muy bien los organizadores.

En entrevista concedida en 1979 a la cineasta Estela Bravo, el obispo irlandés Bryan Walsh, confesó que fue reclutado por el Departamento de Estado norteamericano para sacar a niños no acompañados de Cuba.

La educadora británica Penny Powers, con amplios contactos con los círculos norteamericanos en Cuba y las organizaciones contrarrevolucionarias clandestinas internas, fungía como líder y encargada de los trámites.

Las ofertas de becas y la promesa de una pronta reunificación familiar se demostraron prontamente como mentiras flagrantes y a su llegada a Miami, los menores debía preguntar por un tal Guash, para evitar equívocos.

Resultó ser un cubano estadounidense de nombre George Guash quien se ocuparía de llevarlos desde el aeropuerto a un albergue, pero casi todos de esos espacios colapsaron y se optó por enviarlos a orfanatos y hogares de acogida.

Muchos tuvieron que lidiar con situaciones de abuso sexual y escolar, así como castigos físicos, como consta en los testimonios recabados por Estela Bravo en su documental ‘Operación Peter Pan, cerrando el círculo en Cuba’.

Años después, algunos  los sobrevivientes de aquella macabra empresa, fundaron la Brigada Antonio Maceo, para fomentar los lazos con la isla, denunciar el bloqueo y romper la idea de rechazo unánime a la Revolución Cubana.

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