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El Floridita y la Bodeguita del Medio, lugares de peregrinaje obligados para el escritor.

Estatua en bronce esculpida por el escultor cubano José Villa Soberón basándose en retratos y fotos de Hemingway,

Ernest Miller Hemingway, escritor y periodista estadounidense nació en Oak Park, Illinois el el 21 de junio de 1899 y fue uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX, ganador de el Premio Pulitzer en 1953 por “El viejo y el mar” y al año siguiente el Nobel de Literatura por el conjunto de su obra.

El prolífero autor vivió casi 20 años en Cuba, en la finca “La Vigía”, ubicada en las afueras de La Habana y antes de recibir el Pulitzer, por su novela escrita en 1952 y basada en la experiencia de un viejo pescador que ha tenido una mala racha y embarca decidido a terminarla, Hemingway repitió varias veces que «el premio pertenecía a la isla.

Hemingway estuvo de tránsito en el país  por vez primera en en 1928, y se alojó en el céntrico hotel “Ambos Mundos” de la capital cubana, para luego en 1940  regresar al mismo sitio y hoy día  la habitación, donde escribió varias de sus más conocidas novelas, aún se conserva como la dejó el afamodo hombre de letras

De ese lugar a “La Bodeguita del Medio”, emblemático restaurante capitalino, repleto siempre de extrajeros de paso, apenas hay cien metros y en su mostrador Hemingway dejó escrito: “Mi daikiri en El Floridita y mi mojito en La Bodeguita”.

HEMINGWAY Y EL FLORIDITA.

Considerado uno de los siete bares más famosos del mundo y la cuna del Daiquirí su primera referencia fue la taberna “La Piña de Plata”, fundada en 1818. En vísperas de su centenario, la afluencia del turismo norteamericano era tal, que movió al propietario a un cambio de nombre. Así surgió El Floridita, con el que se haría famoso mundialmente.

La Habana Vieja es ideal para rentar en viviendas como esta y conocer los sitios frecuentados por el laureado intelectual.

A principios de la década del 30, el Ernest Hemingway comienza sus frecuentes visitas a La Habana y cuentan que un mediodía del año 1939, el escritor traspasa las puertas del bar y toma asiento en la primera banqueta de la esquina izquierda y ahora allí se levanta una estatua de bronce de tamaño natural.

Catador de experiencia, Ernest, descubrió el daiquirí del Floridita y según Antonio Melián, su cantinero preferido, éste dijo “… está bien, pero lo prefiero sin azúcar y con doble ron”. Así surgió el especial cóctel que lleva su nombre “Papa Hemingway”.

Los duques de Windsor, Jean Paul Sartre, Errol Flynn, Gary Cooper, Tennesse Williams, Spencer Tracy, Rocky Marciano, Ava Gardner, Herbert Matthews… visitaron también el sitio y de muchas de estas personalidades, hay constancia fotográfica en las paredes que enmarcan la singular barra y el salón principal del popular bar habanero.

El Floridita es uno de los lugares de peregrinaje obligado para los numerosos admiradores de Hemingway, junto con la finca La Vigía, donde hospedó a amigos de renombre universal y usted puede acercarse a la figura del laureado intelectual norteamericano con sólo reservar en una de las tantas casas de familia de La Habana Vieja

El  dos de julio de 1961 se mató de un disparo y dada la ausencia de una nota de suicidio y el ángulo alcanzado por el proyectil, es difícil determinar si realmente lo hizo a propósito o resultó accidental, pero se supone que una posible causa fue la enfermedad de Alzheimer, diagnosticada poco antes, así como la depresión y el alcoholismo.

Fuente/Fotos:Wikipedia/Internet

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