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Los cacos proponían  operaciones informales de compra-venta de moneda convertible.

Más de 120 estafadores fueron detenidos y 12 redes dedicadas a ese delito desarticuladas en Cuba durante el año anterior por fuerzas del Ministerio del Interior (Minint), a ese nivel, según confirma un despacho de Prensa Latina.

Asimismo resultaron neutralizados 17 casos durante la planeación de  atracos, y aunque no se reportan pérdidas de vidas humanas, sí hubo personas heridas de gravedad por la violencia extrema empleada por los delincuentes.

El modus operandi parte del uso de plataformas digitales para captar a las potenciales víctimas, interesadas en realizar operaciones informales de compra-venta de moneda convertible, y que se convierten en blancos de robos.

Las autoridades advierten que por Facebook y otras redes sociales los victimarios ofrecen precios tentadores para la venta de divisas, y acuerdan con sus “clientes” dirección, día y hora exacta a la que deben acudir para realizar el “cambio”.

Por lo general, la escena del crimen suele ser un lugar apartado, de escasa circulación de personas y vehículos, en horarios estudiados, casi siempre nocturnos y fuera de los municipios donde residen los ciudadanos, precisa la fuente.

Así los portadores de grandes sumas de pesos cubanos para comprar los dólares prometidos, son asaltados por individuos que a la fuerza y en algunos casos empleando armas blancas o de fuego, los amenazan, agreden y le sustraen el dinero.

El Minint señaló que los procesos realizados por las direcciones Técnica de Investigaciones, de Investigación Criminal y la Policía Nacional Revolucionaria, han establecido y neutralizado cadenas delictivas dedicadas a estos hechos.

Esas bandas incluyen a quien hace la propuesta en Internet usando siempre un perfil falso y con fácil comunicación, al que da la cara y conduce a la víctima al lugar del delito y a los atacantes, cuya cifra varía en dependencia de la cadena delictiva.

Las autoridades alertan insistentemente que se requiere no solo vigilancia y participación de la población en el enfrentamiento y denuncia oportuna de estos hechos, sino también elevar la percepción de riesgo ante ofertas ilícitas.

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