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Era considerado como uno de los grandes cronistas cubanos del mundo de espectáculo.

Orlando Quiroga bautizó a Beatriz Márquez, como «La Musicalísima»

El cronista y narrador, guionista y asesor de programas de la televisión cubana Orlando Quiroga Aguiar quizás, el más querido y odiado a la vez, envidiado y vilipendiado, nació en el municipio de Jaruco el 28 de julio de 1933.

Discípulo de los célebres articulista de espectáculos Don Galaor y Gonzalo Palacios, Quiroga Aguiar se incluye en una no tan larga lista de nombres que incursionaron con maestría en este ‘género’, como Fray Candil y Francisco Pita Rodríguez.

En su legado, figuran Nada es imposible (1996), la novela testimonial Muñecas de cristal (1998), ambas volúmenes singulares de sus memorias y la investigación El habano rojo (2003), en la que recreó la historia del tabaco torcido cubano

Cuentan que se encontró con otro apasionado del puro, creador de las compañías Little Holland y CDFCD, Maurice Abraham Abady, quien, dos horas después de conocerlo, se convirtió en su editor para que naciera “Arte y Mística del Habano”.

Así llegó una de sus obras célebres, publicado en inglés y en español, presentada por Alejandro Robaina, -el único cubano contemporáneo con una marca de puros con su nombre- en su rincón de la tienda de Quinta y 16, en La Habana.

Este «consumado escritor» se destacó además en la sección de espectáculos de la revista Bohemia y Carteles y otro libro suyo, Pasión Habanos apareció en la Italia del 2004, donde fue galardonado como «Hombre Habano» de ese año.

En la foto de portada la modelo Ariadna

Entrevistó a grandes personalidades del arte y la farándula como Silvana Pampanini, Liberace, Ava Gardner, Sara Montiel, María Félix, Lucho Gatica, Jorge Negrete, Carmen Sevilla, Lola Flores y Pedrito Rico, entre muchos otros.

Fue amigo personal de René Portocarrero y del mítico novelista y compositor Félix B. Caignet, así como fue un confeso admirador de Josephine Baquer, Nicolás Guillén, Dulce María Loynaz, Alicia Alonso, Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat.

A sus méritos hay que sumarle su labor como guionista de gustados programas de la TV de la mayor de las Antillas, como Música y EstrellasBuenas tardes y en especial De la Gran Escena, dirigida por José Ramón Artigas y asesorada por Tomás Alfonso.

Fallecido de una dolencia hepática el 29 de junio, del 2007 a los 73 años de edad, Orlando Quiroga, dispuso que su cuerpo fuera sepultado en la bóveda propiedad de la familia, en la localidad de Jaruco, donde había llegado al mundo.

La ya anunciada ceremonia fúnebre fue suspendida sin explicación alguna, cuando los moradores del lugar se disponían a darle el último adiós a uno de sus hijos más ilustres, y lo triste del caso. La gente del pueblo nunca supo los verdaderos motivos.

En cuestión, a la familia Quiroga Aguiar, le robaron la tumba, la remodelaron, y luego la vendieron al mejor postor y por esa razón el afamado intelectual, no pudo cumplir su última voluntad de descansar en la tierra que lo vio nacer.

En reconocimiento a su brillas trayectoria Orlando Quiroga, recibió las Medallas de Bellas Artes, del Gran Teatro de La Habana y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, así como las ordenes Jesús Menéndez y Raúl Gómez García.

Fuente: El Lugareño (Waldo González)/EcuRed/Francisco Martínez

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