1-
Hay quien permanece atento
a todo lo que le dices
y remueve las raíces
fértiles del pensamiento.
Sabe apreciar el momento
con mente abierta, muy ducha,
y te acompaña en tu lucha
pues su empatía es sostén,
sin embargo, está también
quien oye… pero no escucha.
2-
Es el que dice que sí,
que entiende bien tu problema
pero se olvida del tema
y no hace nada por ti.
Es el que va por ahí
tomándose poco en serio
un acertado criterio
sobre su acción personal
y al no escucharlo, al final
termina en el cementerio.
3-
Hay quien lanza una ofensiva
de palabras y discursos
empleando los recursos
que lo pongan muy arriba.
Y deja a la escucha activa
en total indefensión,
sin tener la comprensión
de que es el mayor baluarte
en el tan complejo arte
de la comunicación.
Tomado de Puntos Diversos/Cubadebate