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Es el noveno en la historia de la industria del béisbol en Estado Unidos y el dinero es el punto clave.

Vladimir Guerrero Jr. tuvo que pasar un año más con los Azulejos de Toronto en el 2019

El noveno paro laboral en la historia de las Grandes Ligas de beisbol se ha convertido en una cuestión que gira en torno al dinero, principalmente porque podría afectar a la negociación de los derechos de transmisión por los próximos siete años.

De ese acuerdo, cifrado en mil 840 millones de dólares, depende la economía de toda la industria del beisbol en Estados Unidos y ahora está supeditado a que los jugadores y los dueños de los equipos lleguen a un entendimiento.

Uno de los puntos de desacuerdo es el deseo de los jugadores de implementar la figura del bateador designado universal en la Liga Nacional, tal y como sucede en la Liga Americana, una medida que persigue extender la carrera de algunos deportistas.

Los propietarios se oponen a esto porque son quince empleos más y con un alto costo en nóminas, dijo una fuente, que pidió no ser citada y la Asociación de Jugadores también ha solicitado reducir el tiempo que los jugadores están atados a los clubes.

Desde el convenio colectivo firmado en 2011, un jugador debe cumplir 5.172 días al servicio de su equipo, antes de optar por la agencia libre y esto permite a los clubes hacer maniobras para obligarlos a extender su vínculo contractual un séptimo año.

También quieren revisar el arbitraje salarial, que es la vía que propicia al jugador negociar su pago en función de su rendimiento, luego de cumplir tres años de servicio y un ejemplo de este tipo de norma lo constituye el outfielder Juan Soto.

Otro tanto ocurrió a Wander Franco, con los Rays de Tampa Bay

En 2019 este pelotero llevó a los Nacionales de Washington a ganar la Serie Mundial, devengando 578 mil 300 dólares, mientras que, tras cumplir tres años con la franquicia, percibió un salario de algo más de ocho millones.

La MLB ofreció establecer una nómina mínima para todos los equipos por primera vez en la historia de las Grandes Ligas, para permitirles a los jugadores alcanzar la agencia libre más temprano a través de un sistema basado en la edad y aumento salarial.

Otro punto de disenso es la posibilidad de establecer un draft o sorteo internacional, lo que conllevaría que los prospectos que viven en República Dominicana, Venezuela o México compitieran en un sorteo único con los de Estados Unidos.

Los promesas latinas ya cuentan con la experiencia que ha vivido Puerto Rico, que en 1990 fue incluido en el proyecto estadounidense y desde entonces la presencia de jugadores de beisbol de esa nación ha disminuido considerablemente.

Ahora los equipos no tienen permitido firmar a jugadores, renegociar contratos e ir a arbitraje salarial o hacer canjes, lo que ha parado el mercado y durante esta etapa no reciben ningún tipo de remuneración atendiendo a su contrato.

La única opción que han podido encontrar los jugadores es que el paro no les impide participar en las ligas invernales de los países del Caribe, o en los circuitos minoritarios; pero no pueden aparecer en redes sociales ni en televisión.

Fuente: EFE / Fotos: El Nacional/Toronto Star

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