Representó dignamente lo más auténtico de las tradiciones culturales cubanas.
El popular Ramón Rives Amador, (Mongo River), murió este viernes 21 de enero a la edad de 92 años, y ahora el destacado músico, creador del sucu-sucu, entra a otra dimensión en la historia de la música y en la cultura cubana.
Él, que se ganó el bien puesto calificativo de Rey del Sucu-suco se despedio de su gente que lo quiso, respetó y admiró no solo en la Isla de la Juventud, la misma que lo tuvo siempre allí, entre canciones y décimas populares, sino de toda Cuba y del mundo.
Autor de Yo quiero Bailar con María Elena; Dame el rabito del lechón; Linda pinerita; Catalina, mi vecina; Se quedó sin ropa el chivo y Santa Fe, pueblo querido, que llevó a innumerables guateques en campos y pueblos, con sus instrumentos.
Sí, porque si algo lo caracterizó siempre fue su apego a su tierra natal, en especial, al campo, donde se le veía laborar con sus propias manos, donde encontraba las historias y motivos más increíbles para después convertirlos en poesía y en canciones.
En nota del Instituto Cubano de la Música, se destaca además que Mongo, quien durante su intensa y exitosa carrera musical representó dignamente lo más auténtico de nuestras tradiciones culturales y defendió con orgullo y humildad su honda raíz popular.
El singular músico cubano, de talento especial comenzó desde muy temprana edad con la promoción de este contagioso ritmo, el sucu-suco, y fundó su Quinteto, al que llamó Tumbita Criolla, con el cual debutó a finales de 1945.
Por más de 40 años el artista compartió su arte desde su condición originaria de artista aficionado y grabó en el año 2002 su primer disco de estudio y hoy el laúd criollo de Mongo Rives pudiera parecer que calla y no es así, ni lo será nunca.
Por su defensa de la cultura de la mayor de las Antillas, se hizo merecedor del Premio Nacional de Cultura Comunitaria, entre otros reconocimientos, como la Distinción por la Cultura Nacional y la réplica del machete de Máximo Gómez.
Fuente/Foto: Cubadebate
