Quienes intenta llegar a Estados Unidos usan esa ruta de 575 mil hectáreas de selva.
La frontera de Cúcuta con Táchira es la más viva de América
Cerca de 95 mil haitianos, cubanos y africanos, cruzaron entre 2010 y 2016 el arriesgado Tapón del Darién y solo en los diez primeros meses de 2021 esa cifra se igualó, según la Organización Internacional para las Migraciones..
Las personas que intenta llegar a Estados Unidos a través de esa zona selvática de 575 mil hectáreas, no tienen, en su mayoría, alguna relación con Colombia o Panamá, ni siquiera con su lengua, para el caso de haitianos y africanos.
El bloque selvático de esta frontera ha mantenido, en términos de flujo migratorio masivo, las distancias entre un país y otro que genera un acceso más limitado ―y peligroso― para los migrantes que quieren cruzar y unos estados de excepción.
Llegaron hasta el norte de Colombia para prepararse a un camino de selva que dura de seis a diez días y la intención es seguir caminando hasta llegar al final del viaje sin que el Estado no actúe o lo haga a medias, y simplemente deja operar a otros actores.
“La investigación ha identificado que es necesario que el Estado contemple esta migración forzada como un fenómeno social, sobre todo humano” al decir Wooldy Edson Louidor del del Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana.
Colombia y Venezuela comparten dos mil 210 kilómetros de frontera y ese tramo de línea irregular existen cerca de 250 trochas que atraviesan un país y otro y durante cientos de años estos territorios han compartido espacios de intercambio.
La pobreza en la frontera, la presencia institucional débil, la dependencia económica a actividades ilícitas (contrabando y cadena de narcotráfico) y el intercambio de divisas ―fenómenos que se desarrollaban antes de la actual migración.
Y es allí, donde continúa el drama, donde hay condiciones de extrema vulnerabilidad: violencia sexual contra las mujeres, falta de acceso a servicios de salud y reproducción, una seguridad social manejada por grupos de narcotráfico.
Fuente: Revista Pesquisa Javeriana/Fotos:Cuballama
