Skip to main content

Rompe el silencio y su voz es un látigo.

Alfredo Despaigne es el mismo de siempre, pero no lo expriman, que de los buenos nos van quedando pocos.

Alfredo Despaigne, quien juega en la Liga Profesional de Japón se niega a ser usado como muñeco de guiñol en el campeonato doméstico cubano, y se convierte, de golpe y porrazo, en una mercancía con conciencia que clama por sus derechos.

Los directivos de la Comisión Nacional de Béisbol han quedado atónitos con esta decisión; han enmudecido por la reacción del “Caballo de los Caballos”, quien se sienta en su casilla en abierta protesta, sin importarle circulares ni represalias futuras.

Despaigne no quiere reforzar nóminas que no representen su terruño y a riesgo de todo, se niega a cabalgar bajo banderas que no tengan un alazán bordado en su tela, según reseña un reporte de la Revista Cubana de Deportes.

Está harto de combates estériles y de victorias pírricas y ahora necesita, más que todo, del calor de su familia, y descansar en su provincia, para poder seguir expandiendo nuestro orgullo nacional por las lejanas tierras del sol naciente.

Sus declaraciones podrían desatar una reacción en serie en los otros cinco cubanos que se desempeñan en aquella liga asiática, quienes sin duda, también levantarán su voz en los próximos días, acogidos a las leyes del sentido común y la justicia.

Leave a Reply