Francisco Flores, robó el dinero del pueblo salvadoreño.
El sábado 30 de enero de 2015 murió el expresidente salvadoreño Francisco Flores, acusado por el desvío de de 15 millones de dólares en donaciones taiwanesas para proyectos de reconstrucción y atención a víctimas de los terremotos del 2001.
Sobre el exmandatario pesaban cargos de peculado (delito que se concreta cuando una persona se queda con el dinero del pueblo que debía administrar), enriquecimiento ilícito y desobediencia de particulares en perjuicio de la administración pública.
Flores, quien gobernó El Salvador desde 1999 al 2004, sufría de trombosis en su pierna derecha y su delicado estado de salud le había permitido evitar la cárcel y pasar los que terminarían siendo sus últimos meses de vida bajo arresto domiciliario.
El gobernante más joven de El Salvador, con solo 39 años quedó manchado por un escándalo de corrupción cuya investigación judicial aún estaba en curso en el momento de su fallecimiento y cuyas investigaciones quedan ahora truncas.
El caso se originó tras los sismos que golpearon al país el 13 de enero y el 13 de febrero del 2001, con un saldo de más de mil desaparecidos, ocho mil heridos, un millón y medio de damnificados y pérdidas por más de mil 500 millones de dólares..
Flores se apropió de cinco millones de dólares y desvió otros diez millones hacia una cuenta de Arena, el partido de derecha que lideró el país de 1989 al 2009 y en enero del 2014, admitió que no ingresó los montos en cuestión a las arcas del Estado.
Los cargos imputados, permiten a la Fiscalía adjudicarle el delito de lavado de dinero, lo cual llevaría a que otras personas estuvieran involucradas, pero todos dijeron desconocer esa modalidad de recibir donaciones y se desligaron del caso.
Los investigadores llegaron a presentar contundentes pruebas de que el extinto Francisco Flores, a quien solo la historia le pasará la cuenta, habría manejado de forma irregular más de 80 millones de dólares cuyo paradero aún se desconoce.