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Ella fue acogida en la isla como refugiada y dejó de existir a los 78 años.

Joanne Deborah Byron, alias Assata Shakur, falleció este jueves en Cuba, el país que la acogió como refugiada por décadas luego de que protagonizara una espectacular fuga de la cárcel de máxima seguridad de Hunterdon Count.

Acusada hace 52 años del asesinato de un agente de la Policía Estatal de Nueva Jersey y condenada a cadena perpetua en un juicio celebrado en 1977 que ella misma catalogó de “linchamiento legal” precisan medios de prensa.

Aunque varias investigaciones apuntaron a que no fue la culpable y la propia Shakur siempre lo negó, el (FBI) la tenía hasta hoy en su lista de los más buscados, ofreciendo por su cabeza la recompensa de un millón de dólares.

Antes del suceso, Shakur ya era un personaje incómodo en los Estados Unidos, por su vínculo con el Ejército Negro de Liberación, , sus luchas por los derechos de los estudiantes, y en contra de la guerra en Vietnam.

“Defiendo el fin de la explotación capitalista, la abolición de las políticas racistas, la erradicación del sexismo y la eliminación de la represión política. Si eso es un delito, entonces soy totalmente culpable”, dijo en 1997.

“Me dejaron en el suelo para que muriera y, al no morir, me llevaron a un hospital local donde fui amenazada, golpeada y torturada”, contó la fallecida luchadora negra, en una carta en esa fecha dirigida al Papa Juan Pablo II.

Tres neurólogos también testificaron que no podía haberle dado tiempo de agarrar el arma, pues tenía las manos en alto cuando recibió disparos de la policía que dañaron su clavícula y el nervio mediano de la mano derecha.

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