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El último gigante de la canción francesa del siglo XX vendió más de 100 millones de discos

Charles Aznavour junto al maestro Chucho Valdés durante su visita a La Habana en octubre de 2006.

La voz de Charles Aznavour, quien nació en la emblemática urbe de París, en 1924 se  apago en la madrugada del primero de octubre de 2018 en el sur de Francia a los 94 años de edad, pero lo ha hecho, como todo en su vida, a su manera.

En su trayectoria más de mil 400 canciones grabadas, 800 de ellas compuestas por él mismo, casi 300 discos publicados, una cifra superior de 100 millones de álbumes vendidos y salas de conciertos llenas para escucharle bien pasados los 90 años.

“No es importante ser recordado. Lo importante es saber que mi trabajo será recordado”, decía cuando desveló su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en 2017, según reseña un reporte noticioso del diario El País.

A los 93 años que sumaba entonces, le temblaban ya algo la voz y el pulso, pero aún siguió subiéndose incansable a escenarios en todo el mundo, ya que a su propio decir era lo que más le gustaba, junto a componer canciones.

La bohemiaVenecia Sin ti, La Mamma y Buen Aniversario, figuran entre sus canciones más destacadas y aclamadas por los cubanos, de un repertorio de marcado tono nostálgico escuchado en la isla a través del programa Nocturno.

Aznavour cantó en media docena de idiomas y era reverenciado en lugares insospechados como Cuba, donde grabó un disco hace más una década junto al maestro Chucho Valdés, un galardonado pianista de fama mundial, precisa el periódico español.

En Armenia, país del que era originaria su familia —su nombre real era Shahnour Vaghinag Aznavourian— y del que fue embajador permanente ante la Organización de Naciones Unidas, tiene dedicadas estatuas y hasta un museo.

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