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Ha participado en algunos de los mejores álbumes presentados por cantantes de Cuba.

Los primeros pasos de Francis del Río en el arte fueron en el teatro, pero confiesa que quiso ser corredor de fondo

Francis Del Río es uno de los pilares de la movida de la fusión cubana y entre sus aportes sobresale el haber participado en algunos de los mejores álbumes presentados por interpretes de la Isla caribeña durante la última década.

Ha trabajado con Bobby Carcassés, X Alfonso, Roberto Carcassés, Carlos Alberto Cartaya, Descemer Bueno, Pavel Urquiza y Telmary Díaz, y es un componente básico de Interactivo, el colectivo de referencia de la música cubana.

Nacido en Santiago de Cuba, cuenta con un  par de disco, “Sentimientos,” (2004) que se describió en una tienda en línea como “cálidas canciones de danza latinas fusionadas con jazz, son, salsa, y ritmos afrocubanos.” y “Sol,” (2009) producido por Bis Music.

Sus padres habían participado en el incipiente movimiento guerrillero de Fidel Castro en las montañas de Sierra Maestra, la histórica plataforma de lanzamiento de la revolución cubana y cuando era muy pequeño la trajeron a Jaruco.

“Empecé como pintor – Tuve exposiciones, vendí mis obras,” recuerda. “A los 27 años, me metí en la música.” En 1991 Del Río (a los 26 años) empezó a cantar con un grupo llamado Sonoridad Latina y al año siguiente apareció en un cabaret llamado “Timba Suicida.”

El popular cantante y compositor es sacerdote de Ifá y por e decidió bautizar a su actual grupo con ese nombre.

“Le debo mucho al fenómeno llamado timba cubana,” explica. También debe mucho a Calle 42, el grupo al que se incorporó en 1994 a instancias del percusionista Raimundo Martínez. “Es una verdadera lástima que Calle 42 se separó.

No creo que se me pueda llamar un `timbero refinado’, pero creo que conseguí dejar detrás de mi algo de la brutalidad de la timba y dedicarme a ver el lado serio y bello de la de ese tipo de sonoridad.” explica el joven cantante.

Aunque es difícil definirlo con precisión perfecta, sin miedo de equivocarnos, podemos decir que la timba cubana es música de baile, y el baile es una parte crucial del enfoque de Francis Del Río, destaca el sitio digital Havana Club.

“Lo primero que hago cuando compongo una canción es bailar con ella y lo hago durante horas y horas, hasta la madrugada, y me imagino que mientras giro, hay un coro de gente que grita `¡Está loco!’, pero no es así. Está muy cuerdo.

Del Río, que se crió en el publerino ambiente jaruqueño, tiene un interés particular en el guaguancó, el estilo que tiene sus raíces en los rituales afrocubanos y que puede verse en prácticamente cualquier fiesta de rumba de la nación.

Admite que su presencia escénica puede ser desconcertante, pero dice que no puede hacer nada al respecto: “Intento cantar con la mayor calma y normalidad posible al mismo tiempo que voy vestido y bailo de la forma más extraña, confiesa.

Ha actuado en diversas ocasiones en México, Colombia, Brasil e Italia, pero dice “Realmente no le doy mucha importancia a viajar ya que en cualquier caso, el mundo estero está en Internet y más me interesa es hacer música, eso es todo.”

Fuente/fotos: Havana Club/Havana Cultura

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