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Jesús Sosa Blanco, fue uno de los más notorios asesinos del ejército de Fulgencio Batista.

Al igual que Sosa Blanco, otros asesinos fueron ajusticiados en esa época.

El tristemente célebre capitán del Ejército, Jesús Sosa Blanco, uno de los más notorios criminales de guerra durante la dictadura de Fulgencio Batista, en Cuba, era conocido como El Incendiario y El Torturador de Oriente.

Nació entre 1907 y 1909, en el poblado de San Antonio de Río Blanco, término municipal de Jaruco, en la antigua provincia de La Habana y tras egresar de la la escuela de oficiales del ejército constitucional, estuvo destacado en Columbia.

Después del golpe de estado de Batista el 10 de marzo de 1958 fue removido del equipo ecuestre al que pertenecía y asignado a un pueblo de campo, y más tarde asignado al comando de Sánchez Gómez en la Fortaleza de la Cabaña.

Fue el autor de una de las matanzas colectivas más atroces y crueles que recuerde la historia de la Isla caribeña y esta documentado que en unas horas dejó sin vida a más de 45 habitantes en El Oro, en el actual municipio de Guisa.

Esa era su filosofía, ya que le daba lo mismo matar a un campesino que a un insurgente y ese día de 1957 terminó con la vida de nueve miembros de la familia Argote y luego con la de Hernán Peña, un soldado que se quejó del crimen.

Perpetró 108 asesinatos, innumerables incendios de caseríos enteros, robos, torturas y maltratos, y tenia un lema que se hizo popular entre los guajiros del oriente cubano, ¿Qué pasa si Sosa pasa? que se te quema la casa.

Al triunfo de la Revolución Jesús Sosa Blanco, fue capturado y el 23 de enero de ese mismo año, se inició en el Coliseo de la Ciudad de Deportiva de la capital el juicio ejemplarizante y público contra el despiadado jefe militar.

La fiscalía solicitó la pena de muerte, dadas las pruebas acusatorias y testificales y escuchada la apelación presentada por la defensa, la decisión del tribunal fue ratificada y el 18 de febrero de 1959, Sosa Blanco, murió fusilado.

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