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El primer negro en jugar en Grandes Ligas estuvo en la capital de la Isla en 1947.

Fidel Castro y Jackie Robinson se encuentran en Nueva York en abril de 1959.

Jackie Robinson, quien deslumbró a La Habana durante su visita en 1947, rompió la barrera de la discriminación racial del béisbol de Grandes Ligas y también se convirtió en un símbolo de la comunidad negra en Estados Unidos.

Nació en el seno de una familia pobre en el estado de Georgia el 31 de enero de 1919, nieto de negros esclavos y el menor de cinco hermanos, abandonados por su padre, al igual que a su madre, antes de mudarse a Pasadena, California.

En la escuela se destacó en la práctica de fútbol americano, baloncesto, atletismo y béisbol. Paradójicamente, consideraba que en esta última disciplina era donde menos habilidades poseía, incluso durante sus estudios universitarios.

A principios de 1945 se unió a las Ligas Negras de Béisbol jugando para los Kansas City Monarchs y Ahí es donde llama la atención de Branch Rickey, gerente general de los Dodgers, quien lo contrata oficialmente el 23 de octubre de 1945.

La temporada fue más que notable, al terminar promediando 349 con 40 robos, 92 boletos y 113 anotadas y Los Royals ganaron la liga con un centenar victoria en 154 juegos, así como ganaron la final en cinco partidos ante los Chiefs de Syracuse.

En 1962, fue el primer jugador negro exaltado al Salón de la Fama del Béisbol.

Jackie Robinson había demostrado con creces que estaba listo para irrumpir en las Grandes Ligas, y el 15 de abril de 1947 salía a la grama del Ebbets Field de Nueva York con el número 42 como el primer atleta negro en lograr esa meta.

Su calidad deportiva y humana se encargaría de demostrar que Branch Rickey no se había equivocado, baste decir que Los Dodgers ganaron seis ligas en las diez que jugó con Robinson y alcanzaron el título de la Serie Mundial de 1955.

Pero antes de que escandalizara a la Gran Carpa, los Royals y los Dodgers iniciaron sus entrenamientos de pretemporada en La Habana en febrero de 1947, donde efectuaron una docena de partidos contra los equipos profesionales cubanos.

Debido al color de su piel, se le impidió hospedarse en el lujoso Hotel Nacional, y en el acomodado Havana Military Academy, y al aceptar una invitación al balneario de Varadero no pudo entrar por ser una playa “exclusivamente para blancos”.

Los aficionados habaneros disfrutaban de su presencia y aunque su visita fue un acontecimiento nacional, la prensa cubana, no apreció su verdadera calidad sobre los diamantes y  fue visto más como un espectáculo y una estrategia de marketing.

“Yo lo conocía por referencia de Edmundo Amorós y otros jugadores cubanos”, declararía a la prensa norteamericana después de su encuentro con el Comandante en Jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz el 23 de abril de 1959 en Nueva York.

Jackie Robinson cambió la historia del béisbol, enfrentó con valentía la incomprensión del sistema deportivo imperante en su país, transformó la vida de millones de personas y devino fuente de inspiración para el movimiento en defensa de los Derechos Civiles.

Jackie Robinson en el hoy estadio Latinoamericano en La Habana

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