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Jamás se casó y durante 20 años visitó tres veces a la semana la tumba de su amada.

El matrimonio entre ambos, fue todo un acontecimiento mediático.

Marilyn  Monroe, el gran mito erótico de Hollywood de todos los tiempos, se casó en tres ocaciones y tuvo una cifra indeterminada de romances extramatrimoniales; pero quíen fue el hombre que  más la amó? Quíen a pesar de todo estuvo pendiente de su vida y fiel a su memoria hasta el día de su muerte?

El 19 de junio de 1942, con 16 años y cuando aún era una desconocida se casó con Jimmy Dougherty, un jovende 21 que había conocido mientras trabajaba en una planta ensambladora de aeronaves, para divorciarse en 1946 y cuando apenas comienza su despegue como actriz de cine se une al pelotero Joe DiMaggio.

La boda se efectúa el 14 de enero de 1954 y a sólo nueve meses, el 27 de octubre de ese año deciden romper y tras aparecer en la pantalla como un rostro bonito más en varios filmes, Marilyn comenzó a prepararse para dejar su imagen de “rubia despampanante” y dedicarse a la actuación de alto nivel.

EL 29 de junio de 1956 sella un compromiso nupcial que duró casi cinco años con el escritor y dramaturgo, Arthur Miller y si ciertamente fue el romance más largo y estable de cuantos tuvo la estrella, las constantes infidelidades de aquel ícono de admiración internacional, malograron la relación con el laureado intelectual.

Joe DiMaggio, el hombre que logró en 1941 la hazaña, casi irrepetible en Grandes Ligas, de 56 juegos consecutivos bateando al menos un hit, con los Yankees de Nueva York y terminó su carrera deportiva con 361 cuadrangulares, más mil 500 carreras impulsadas  y average de 325, marcó un hito en la existencia de Marilyn.

El romance entre ambos caracterizado por las  inseguridades, celos, altibajos y sonados desencuentros, devino “el matrimonio de la década” por considerarse un amor lleno de locura, enamoramiento, desenfreno y ante todo pasión, al extremo que resultaba imposible pensar en la separación defintiva de la Monroe y DiMagio.

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La foto que le costó el divorcio.

Joe era comentarista de los juegos locales de los Yankees y volaba a Los Ángeles para ver a Marilyn cuando su horario se lo permitía y ella por fin había ascendido desde los pequeños e insignificantes papeles a protagonizar una película tras otra, en su camino a la cúspide como estrella de la 20th Century Fox.

Al tratarse de una persona conservador, la popularidad de su esposa y el interés que despertaba en los hombres, motivó reiteradas escena de celos y temores en él, mientras la diva no podía renunciar a su carreras, puesto que aspiraba continuar con su meteórica promoción a la cima del séptimo arte de manera universal.

Pese a su divorcio el amor y cariño que se profesaban perduró por siempre y no dejaron de ser grandes amigos, de hecho Dimaggio fue la piedra angular en la vida de Marilyn cuando las cosas no le iban demasiado bien y cuando fue recluida en un centro psiquiátrico el jugador de béisbol la sacó del lugar y la cuidó en su casa.

La muerte de Marilyn Monroe devino la peor jugada para el pelotero de origen italiano y fue él quien se ocupó de todo lo concerniente a las honras fúnebres, desarrolladas de forma discreta, al igual que su casamiento, incluso evitó que los medios de comunicación de la época hicieran de la triste noticia un último espectáculo mediático,

El ex center fielder Joe DiMaggio, nunca se volvió a casar, ni vendió jamás prendas de vestir, ni objetos personales de la aclamada figura de la cinematografía mundial, y durante 20 años y hasta su deceso el ocho de marzo de 1999, visitaba tres veces por semana su tumba para colocar flores,  como prueba de un amor puro y sincero.

Fotos: Internet

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