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Julio Lobo, coleccionó reliquias napoleónicas por espacio de más de 40 años.

Los manuscritos de una de las más importantes colecciones  de la etapa napoleónica, confiscados al magnate azucarero, Julio Lobo, tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, en 1959, se encuentran dispersos y desorganizados en una institución estatal, ubicada en el centro histórico de la capital cubana.

Compuesta por unos siete mil documentos originales escritos en francés, inglés, italiano y español, la muestra forma parte de la Biblioteca Napoléonica,considerada una joya de la cultura universal y según una profusa investigación el mencionado estado de abandono pone en peligro inminente su conservación.

Una tesis de grado presentada por una estudiante de bibliotecología de la Universidad de La Habana, plantea que la totalidad de los manuscritos de la época del emperador Napoleón Bonaparte, traídos a Cuba están localizados, aunque sin procesar, para lo cual no se cuenta con el personal suficientemente calificado.

El estudio especifica la necesidad de buscar financiamiento y especialistas con amplios conocimientos históricos y dominio de los vocablos empleados en el período para la elaboración de un sistema de índices y otras tareas, en el empeño por emprender de manera cuidadosa los trabajo de preservación de  ese patrimonio.