Skip to main content

Marilyn Monroe(Los Angeles 1926-1962) abrió las puertas a la sexualidad en el cine.(Foto de Tom Kelley, tomada en 1949.)

A Marilyn Monroe, una celebridad vigente, la maquinaria cinematográfica del gran Hollywood la presentó siempre como una belleza americana inigualable, hasta convertirla en objeto sexual de la generación de los años 50 y 60 y quizás por esa razón muchos se preguntan si verdaderamente la diva poseía calidad actoral.

Hizo todo lo que le indicaron, incluso se pintó el cabello de rubio platino y se operó la nariz, con el propósito de acentuar mucho más su impactante hermosura, mientras su talento natural y espontaneo, era eclipsado en interpretaciones de papeles a veces tontos y de completa ingenuidad y donde no se le exigía nada más.

Si bien guardaba en su interior el dolor y la amargura de una niñez y adolescencia marcadas por el abandono de su padre, a quién jamás conoció y los trastornos mentales de su madre, que la llevaron a deambular de un hogar a otro en adopción y en peligro de caer en un orfelinato, la actriz siempre logró una imagen fresca y risueña.

La más grande celebridad construida por la industria del entretenimiento se acopló a los conceptos de belleza de su época y no sólo por su rostro bonito y físico escultura y voluptuoso, alcanzó planos estelares a nivel mundial, al intervenir en más de una treintena de filmes, en una corta pero fructífera carrera de sólo 16 años.

No es justo encasillarla como ícono erótico y nada más y olvidar su capacidad interpretativa, aunque es cierto que ella explotó más su cuerpo despampanante, su provocativa forma de vestir y su voz susurrante, al extremo de aparecer en un calendario masculino como Dios la trajo al mundo, cuando pocas se atrevían.

La prensa se encargó de divulgar ese pasaje de la tormentosa vida de Marilyn Monroe, pero la estrella restó importancia al asunto y pronto las aguas regresaron a su nivel y el controversial almanaque volvió a imprimirse, para en esta ocasión vender más de cuatro millones de ejemplares en los Estados Unidos.

Los fotógrafos del mundo del espectáculo asediaban a la legendaria figura de la meca del cine y por eso la hicieron posar para más de 30 publicaciones y una de esas instantáneas salió en la portada del primer número de la revista para adultos Playboy, fundada en la ciudad norteamericana de Chicago en 1953.

La internacionalmente famosa escena filmada en septiembre de 1955, en la cual su vestido blanco se levantó por los aires procedentes del metro de Nueva York, mientras lo sujetaba con una sonrisa a flor de labios, le costó el divorcio unas semanas después de su segundo esposo, el pelotero de Grandes Ligas Joe Dimaggio.

Era indudable que la Monroe, quien revolucionó el séptimo arte a partir de la primera mital de la década del 40, disfrutó esos momentos y de ello quedaron para la posteridad citas que lo corroboran, como esta que da rienda suelta a sus sentimientos: “El sexo forma parte de la naturaleza y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”

Así Marilyn Monroe, que rompía corazones y constituía un verdadero éxito comercial,  devino entonces en el mayor símbolo sexual de todos los tiempos, convirtiéndose por esa razón en una de las 10 más famosas de Hollywood, a conveniencia de la industria del celuloide, echando a un lado sus incuestionables facultades artística

Otros artículos relacionados:

La foto más popular de Marilyn Monroe.

Marylín Monroe y la Reina Isabel.

Marilyn Monroe: Infidelidades.

Una estrella de Hollywood de sangre cubana

Bellas del cine sin cirugía estética.

Brigitte Bardot: Leyenda viva