Skip to main content
NUESTRA OPINIÓN

Hablando de Cuba y de su gente.

By March 3, 2011December 28th, 2012No Comments

La Rampa, en el Vedado, desde el emblemático Malecón capitalino a la calle L, con sus cinco manzanas de elegante extensión, es sitio recurrente en la memoria de los cubanos residentes en otras naciones

Los cubanos desperdigados por todo el mundo, desde el triunfo de la revolución de 1959 liderada por Fidel Castro, lejos de nuestra identidad y costumbres y repletos de añoranzas y reminiscencias, siempre estamos hablando del terruño natal y tal vez esa es una de las cualidades que nos distingue de otros emigrantes.

Concentrados en  la Florida, donde somos la más nutridas de las minorías en el exilio y una larga ejecutoria, que permitió a  este estado norteamericano un amplio desarrollo social y la expansión de la economía de servicio con un elevado impacto en el sector turístico, los hijos de la patria de Martí no dejamos de pensar en lo nuestro.

Es que los cubanos que erigieron una gran urbe en medio de los pantanos, siguen arraigados a aquel pedacito de tierra , acentado en un archipielago del mar de las Antillas, descubierto casi por accidente por Cristóbal Colón el 27 de octubre de 1492, en su fallido intento de llegar a las Indias Orientales.

Abordar un ómnibus en La Habana, es cosa terrible, pero hasta de los malos  ratos en el terruño, dialogamos los cubanos.

Luego los propios conquistadores españoles exterminaron a los aborigenes de la isla y  junto a los negros traídos desde Africa, como esclavos, iniciaron un largo proceso de mestizaje que dió origen al cubano, un ser especial que se diferencia de otros latinoamericanos, quizá por su herencia o ubicación geográfica.

El hecho de no olvidar el sitio donde nacimos y nos criamos y mantener vivo nuestro idioma, costumbres y tradiciones, constituye una pauta para la conducta humana, pero no obstante hay quienes se empeñan en criticarnos, en particula en Miami, donde muchos llamados a la envidia tratan de destruirnos.

Los cubanos aún así nos reímos del mundo, incluso de nosotros mismos y no importa el que dirán, y en estos tiempos de crisis, al igual que cuando llegaron las primeras oleadas desde el verde caimán caribeño, impondremos nuestra volutad y fuerza ante las dificultades y seguiremos en marcha hacia el futuro.

Es cierto que somos gritones a más no poder y al conversar gesticulamos sin parar, algo que denota incultura, pero quien niega que los cubanos tenemos un alto nivel de  instrución,  cosa que en ocasiones nos hace prepotentes y autosuficientes, al extremo de creernos dueños absolutos de la verdad.

Alegres y dicharacheros como ningún otra persona en el universo, serios y responsables cuando el momento lo reclama, atrevidos y arriesgados al emprender una empresa, , ingeniosos y laboriosos en el trabajo díario. Esas y otras muchas virtudes adornan al cubano, no exento de defectos y culpas, como cualquier otro pueblo.

Así somos los cubanos, y continuaremos hablando de nuestra gente y sitios recurrentes sin cansarnos, por que estamos orgullosos ser hijos legítimos de aquella pequeña islita, que al decir del Gran Almirante de la mar océana Cristóbal Colón “…es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás”

Leave a Reply