Skip to main content
Los cubanos no creemos en fantasmas, nien en historias del más allá

Los cubanos no creemos en fantasmas, ni en historias del más allá

Cantar el manisero.

Los cubanos tenemos la facultad de cambiar el curso de la vida, incluso de dejarlo todo y comenzar de nuevo, sin ningún reparo y dicen que somos de los pocos seres humanos capaces de  hacer un chiste en el contexto de un suceso muy serio y eso no significa que lo tiremos todo a relajo; pero ejemplos hay muchos.

El jocoso proceder de los nacidos en la mayor de las Antillas, nos diferencia de otros latinos y muchos han llegado a pregonar que somos una raza, por aquello de que surgimos de la mezcla de africanos y europeos, tras el exterminio de los primeros habitantes de la isla, durante el descubrimiento y la conquista española.

Esa es quizás la razón por la cual los cubanos somos tan risueños y dueños de un motón de frases humorísticas asociadas a hechos populares, que enriquecen nuestro acerbo cultural, costumbres y tradiciones, y trasciende las fronteras del terruño, en boca de los tantos y tantos compatriotas desperdigados por el mundo.

Las manifestaciones de hilaridad que más llaman la atención están ligadas a la muerte,” la hora en que mataron a Lola”, en alusión a una prostituta habanera” Murió como Chacumbele”, que era un vigilante nocturno o “Murió como Cafunga”, un esclavo liberto que se reventó al caer al suelo, mientras desmochaba una palma real.

Cuando en Cuba alguien abandona el mundo de los vivos, es muy natural expresar “el tipo estiró la pata”, o “dobló la esquina”, entre otras simpáticas expresiones, pero la más representativa, ligada a nuestra musicalidad, está inspirada en la internacionalmente conocida obra de Moisés Simons, “El Manisero”. Es por eso que me atrevo a decir. Los cubanos no mueren!. Simplemente, cantan el manisero!