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Los precios de los medicamentos son abusivos y aumentan de manera artificial.

Alexandria Ocasio Cortez verbalizó la realidad con una frase contundente en el Congreso: “La gente está muriendo en vano”

Las empresas de medicamentos en Estados Unidos ya han dejado de ser intocables y aunque es difícil encontrar puntos en común entre demócratas y republicanos en estos momentos, hay algo en lo que coinciden las dos formaciones.

Ambos concuerdan en el abusivo precio de los medicamentos y es que 40 de los 50 estados del país presentaron una demanda conjunta contra las grandes compañías de me acusándolas de subirlos de manera artificial, según BBC Mundo.

El Gobierno también se había posicionado al respecto y ya en campaña presidencial , Trump prometió bajar los precios y desde verano las empresas estarán obligadas a incluir cuánto cuestan los productos en sus anuncios publicitarios.

Así, el elevado coste de los medicamentos deviene el caballo de batalla de toda la sociedad norteamericana, saldo algunos retrógrados, aunque los dos partidos no terminen de ponerse de acuerdo en la manera de afrontar esta situación.

Truvada, utilizado para la prevención del VIH supera los 1.700 dólares al mes, mientras que en Australia apenas cuesta ocho. Gleevec, que es un tratamiento contra la leucemia, llega a los 70.000 dólares al en Estados Unidos.

En Colombia, una nación del Tercer Mundo ese fármaco está a 1.100, mientras la insulina, un producto que ya lleva varias décadas en el mercado y no es novedoso llega a valer 200 dólares, cinco veces más de lo que cuesta en Canadá.

La insulina que ha subido un 30% con muchos años en las farmacias es un ejemplo

También está previsto que llegue en los próximos meses al espedio un medicamento para la atrofia muscular espinal cuyo precio oscilará entre los 1,5 y los 5 millones de dólares mensuales, convirtiéndose en el más caro del planeta.

Desde luego las cifras de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) corroboran estos datos y muestran que los estadounidenses gastan cada año de media unos 1.200 dólares en medicinas recetadas, el más alto del mundo.

En comparación, los números de otros países desarrollados oscilan entre los 466 y los 939 dólares y por supuesto no existe manera de justificar esta dilema aunque las farmaceúticas se empeñar en echarle la culpa a las innovaciones en el sector

Sin embargo investigadores encontraron que los aumentos de los precios anuales no solo se dan en medicamentos de última generación, sino que también ocurren en otros que llevan décadas en el mercado que experimentan un alza constante.

Una explicación más plausible es que mientras que en muchos otros países existen sistemas sanitarios que cubren a la mayoría de personas, en Estados Unidos depende de que los ciudadanos tengan un seguro o llegue a la tercera edad.

En el caso de los primeros, los Gobiernos tienen una posición de fuerza en la negociación con las farmacéuticas que hace que se consigan precios más bajos, mientras por otra parte los segundos, son los fabricantes los que fijan los precios.

Tradicionalmente las farmacéuticas han defendido que muchos de los medicamentos están bajo patente, pero lo cierto es que la falta de regulación hace que sean las propias compañías las que pagan para que los genéricos no lleguen al mercado

El asunto ya se está discutiendo en la sociedad y podría experimentar cambios en las próximas fechas y hay voces de gente muy joven el Congreso como Alexandria Ocasio Cortez, que abogan por una solución a la actual problemática.

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