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Se graduó en La Universidad de La Habana en 1889.

Laura Martínez de Carvajal y del Camino, nació en La Habana el 27 de agosto de 1869 y murió el 24 de enero de 1941

En el curso de 1883 a 1884 se produjo en la Universidad de La Habana una sorpresa cuando una adolescente de apenas 14 años de edad matriculó en las carreras de Licenciatura en Ciencias Físico-Matemáticas y en Medicina.

La muchacha, nombrada Laura Martínez de Carvajal y del Camino (1869-1941) desafió, los tabúes de su época para convertirse en la mujer cubana que ostenta para la posteridad la primicia en el ejercicio de la profesión médica.

Como estudiante llamó la atención en ella el alcance de su inteligencia, expresada en la brillantez de sus calificaciones en las dos carreras que estudió de manera simultánea, según consta en el Archivo General del centro docente.

De las 19 asignaturas examinadas en la de Ciencias Físico-Matemáticas, 17 se evaluaron con nota de sobresaliente y 2 con notable; mientras que en las 24 que tuvo que vencer en la de Medicina obtuvo también 17 sobresalientes, 7 notables y 1 bueno.

Uno de sus profesores, el catedrático de Patología Quirúrgica doctor José Púlido Pagés se refirió a ella en términos muy elogiosos, por su formalidad, aplicación y modestia, así como en relación con el cariño que supo inspirar a sus compañeros.

Alcanzó la calificación de sobresaliente en los ejercicios de grado de las  dos carreras y el 15 de julio de 1889 se le adjudicó el primer título de Licenciado en Medicina y Cirugía conferido en la mayor de las Antillas a personas de su sexo.

Aun cuando este solo hecho bastaría para que perdure el recuerdo de su paso por la vida, justo es señalar que como médico llegó a perfeccionar sus conocimientos al punto de convertirse también la primera cubana especialista en Oftalmología.

Tal fue su competencia en esta disciplina que tuvo una numerosa clientela privada, con independencia de su intenso trabajo en la Policlínica de Especialidades, dirigida por su esposo el eminente oftalmólogo Enrique López Veitía.

Ellos formaron parte de una institución que logró el más alto nivel científico de su tiempo y en ella se trataban otras enfermedades, además de los trastornos de la visión, por varios destacados especialistas cubanos de entonces.

Esta extraordinaria mujer colaboró en la preparación de las tres ediciones en 1891, 1895 y 1906 de”Oftalmología Clínica”, una obra escrita por López Veitía, así como en muchos de los 100 trabajos por él publicados sobre esa disciplina.

Era la primogénita de una familia española adinerada, afincada en Cuba, y cursó además las asignatura de obstetricia al tiempo que era dueña de amplios conocimientos en música, artes plásticas, literatura y botánica y leía con fluidez inglés y francés.

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