El video de Pánfilo, con más de medio millón de entradas dió la vuelta al mundo.
La ingestión de bebidas alcohólicas provoca severos trastornos de conducta y carácter y los adictos son considerados enfermos crónicos, con el agravante que constituyen una carga social y son rechazados por la mayoría de las personas, en los lugares donde trabajan, conviven y desarrollan su actividad vital.
El alcoholismo, es una enfermedad que requiere como las demás atención médica sistemática y apoyo familiar y la vía más eficaz para lograr la desintoxicación del paciente es el tratatamientos diferenciado, en instalaciones para la terapéutica antiadicción, por lo general ubicadas en ambiente agradable y controlado.
En un informe relacionado con el tema el sitio web cubaforhealth.com revela que el país cuenta con una dedependencia de ese tipo en la provincia de Holguín, donde los individuios aquejados de ese mal reciben tratamiento y se incursiona hastas en las raíces físicas y psicológicas de la dependencia al alcohol.
Es conocido que en Cuba, donde todo está bajo control, el cinco por ciento de la población mayor de 15 años de ambos sexos, es adicta al alcohol y en la totalidad de los municipios funcionan además clínicas de salud mental, entre cuyas prioridades figura la prestación de servicio gratuito a este tipo de paciente.
A Pánfilo quien ganó popularidad, tras su fortuita aparición en YouTube y mucho más aún por obra y gracia de la maquinaria mediática miamense, muy bien entrenada en eso de desacreditar al gobierno de La Habana, debieron tratarlo en un centro de esas características, en lugar de enviarlo de cabezas a prisión.
Sin dudas el infeliz personaje exaltado por la prensa, la radio y la televisión del sur de la Florida, sobretodo la hispana e incluso utilizado como motivo alusivo en prendas de vestir, por el simple hecho de pedir comida en el territorio cubano y no en otro rincón de nuestro empobrecido planeta, no es más que un alcohólico.
La decision de encarcelarlo, por espacio de dos años por peligrosidad predelictiva, es una torpeza política del régimen cubano y emplearlo aquí en Miami como instrumento para hechar más leña al fuego es un crimen, por que está claro que lo dicho por un alcohólico en medio de una borrachera no debe ser tomado en serio
Esa es la verdadera cara del fenomeno, en torno a esta historia, que muy pronto será desechada por los medios de comunicación de la Ciudad del Sol y el público la olvidará, mientras en Cuba, donde el grito de jama no trascendió al ámbito nacional las cosas seguirán iguales, menos para el infortunado Pánfilo.
