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El hecho fue conceptuado como el “Crimen del Siglo” en la Isla caribeña.

En 1973 Oscar Valdés dirigió la cinta El extraño caso de Rachel K 

La francesa Rachel Dekeirsgeiter, llegó a Cuba a fines de la década del 20 del pasado siglo y como otras muchachas de esa nacionalidad traídas al país, en ocasiones engañadas, con el propósito de entregarlas a la la prostitución, no encontró otra alternativa, que ejercer al más antiguo de los oficios femeninos.

En aquella época eran proxenetas franceses los que dirigían el negocio en La Habana, dotada de varias zonas de tolerancia, pero se dice que Rachel, no estaba vinculada a ellos y llegó por intermedio de Oscar Villaverde, a la sazón manager del cabaret Tokio, ubicado en la conocida esquina de San Lázaro y Blanco.

Allí  la bella francesita tenía su área de influencia y el tal Villaverde era su marido, pero se especulaba que ella mantenía relaciones sentimentales además con uno de los músicos de la orquesta, que amenizaba el quehacer nocturno en la instalación, llamado Alberto Jiménez Rebollar, quien luego se desempeñó como periodista.

El 15 de diciembre de 1931 el periódico El Mundo, editado en la capital cubana, publica la noticia del asesinato de la joven, acompañada de un dibujo y en el texto se expresa que la policía la encontró totalmente desnuda, dentro de una bañadera del apartamento donde vivía en las calles San Miguel y Amistad, al lado del hotel Astor.

Escenas del filme, protagonizado por un elenco de lujo.

Lo curioso del hecho es que la puerta de la vivienda, ubicada en un tercer piso tuvo que ser forzada por los agentes policiales, mientras que en el curso de las investigaciones no se pudo llegar a conclusiones por donde logró escapar el presunto victimario, como tampoco se halló el arma empleada en el homicidio.

Tanto Villaverde como el Jiménez Rebollar, acusados en primera instancia como sospechosos, salieron absuelto, tras carecer las autoridades responsabilizadas con el suceso en cuestión de evidencias, que los involucrara en la muerte de la infeliz ramera Rachel, cuyo cuerpo con el cráneo destrozado, presentó múltiples contusiones y heridas.

Su asesinato ocurrido durante el gobierno de Geraldo Machado, quedó impune y aunque fue conceptuado como el “Crimen del Siglo” perdió valor para la prensa sensacionalista de la época y quizá por eso la desdichada mujer, no alcanzó la popularidad de Lola, una mesalina criolla, que corrió idéntica suerte.

Cuentan que el cadáver de la francesa Rachel, quien participó en una orgía la noche de su muerte, fue enterrado en el cementerio del poblado de Calabazar, en las afueras de la capital de la isla caribeña, en un panteón propiedad de Villaverde, uno de los supuestos victimarios, el cual al fallecer muchos años después fue a parar a la misma tumba.

Fuente: Wikipedia/El País

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