Skip to main content

Convirtieron a Miami en la capital de la cocaína en Estados Unidos y fueron reclutados por la CIA.

En la foto de 1980, de izquierda derecha los cubanos Salvador Magluta y Willie Falcón.

La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, reclutó a miembros de una red de narcotraficantes cubanos que operó en el sur de Florida entre 1970 y 1980 con el encargo de matar al fallecido ex presidente e icono internacional del comunismo Fidel Castro.

Ellos son los hermanos Gustavo y Augusto Guillermo “Willie” Falcón y su compiche Salvador Magluta integrantes del grupo conocido como los ‘Cocaine Cowboys’ (vaqueros de la cocaína), más tarde procesados por la justicia norteamericana.

Falcón firmó un acuerdo en 2003 con un solo cargo de conspiración por cometer lavado de dinero y fue sentenciado a un máximo de 20 años de prisión, pero Magluta no llegó a nada con la justicia y fue condenado a 205 años, reducidos luego a 195.

Juntos se hicieron una reputación en el sur de La Florida como contrabandistas de la sustancia para los carteles colombianos de Medellín y Cali en un comercio de drogas que se desarrolló en las calles de Miami por casi tres décadas.

Falcón fue liberado en junio de 2017, pero las autoridades de Inmigración lo detuvieron para su deportación a Cuba, alegando que se trataba de un delincuente convicto sin ciudadanía estadounidense, pero finalmente esto no ocurrió.

Sus abogados alegaron que el gobierno de la Isla podría tomar represalias en su contra por haber patrocinado un plan de la CIA para eliminar al líder cubano, según una fundación dedicada al estudio del crimen organizado en América Latina y el Caribe.

Gustavo Falcón fue detenido de manera casual mientras paseaba en bicicleta.

El informe del caso reseña que la red Falcón-Magluta canalizó “importantes ganancias del narcotráfico a mediados de los años 90 del siglo XX hacia grupos paramilitares cubanos en el exilio con el objetivo de ejecutar al gobernante isleño”, apoyados por de la CIA.

Esto ilustra un patrón del gobierno estadounidense que a veces hace la vista gorda ante individuos y grupos criminales que considera necesarios para objetivos políticos y también muestra cómo esa dinámica puede cambiar cuando esos actores pierden su utilidad.

Willie Falcón, uno de los principales narcotraficantes que ayudó a convertir a Miami en la capital de la cocaína en Estados Unidos, fue deportado a República Dominicana, país que le aceptó como residente en un acuerdo con Estados Unidos.

En cuanto a su hermano Gustavo, detenido en 2017 y condenado a 11 años y tres meses de prisión, logró escapar de las autoridades y vivió 26 en la clandestinidad bajo el perfil de un padre suburbano de mediana edad en Orlando.

Esos delincuentes, conocidos como “los chicos” (The Boys), levantaron un imperio en el sur de la Florida y alardeaban de una vida de lujos, con botes de carrera, paseando por los clubes nocturnos y viajando frecuentemente a Las Vegas.

El manejo dado por Estados Unidos a los casos de los Falcón-Mangluta guarda estrecha  semejanzas con la manera como se procedió en el escándalo de los contras en Nicaragua y el proceso seguido al expresidente de Panamá Manuel Noriega.

Fuente: MiamiNewTimes/ Fotos:Internet

Leave a Reply